7 DÍAS

Capítulo 22

Era cierto que Daniel era lo que menos le importaba a todos en aquellos momentos, de echo jamás les había importado, y nadie los culparia, después de enterarse de lo que él le hacía a María José no querían saber más. Desde que habían llegado a aquella sala nadie sabía acerca del hombre, la única que recibió informes de todo fue Daniela, pero después de llorar tanto no habían recordado preguntarle por él también, después de todo también era una persona.

"Él murió antes de que la ambulancia llegase por ellos, dijeron que tenía un arma en la mano cuando lo encontraron. Al parecer se disparó por accidente cuando perdió el control de la camioneta, la bala impactó justo en una arteria y la perforó" Daniela les contaba a todos, apesar de lo que el hombre había echo se sentían mal, después de todo era una persona. Un humano.

Aunque aveces no lo pareciera.

"Pobre hombre" María Laura habló por fin, diciendo lo que todos querían pero nadie se atrevia a decir.

"Sí, la camioneta los hizo quedar de cabeza por lo que debió de ahogarse en su propia sangre" Nadie decía nada pues no sabían si habían palabras para aquello, así que decidieron callar.

Después de quedarse varios minutos en silencio, solo sentados pensando, Daniela decidió hacer lo que Sebastián le había aconsejado, salió de la habitación en camino a su casa para tomar un baño. Su hermana y su madre ya sabían de la situación por lo que esperaban ansiosas en casa a que les diece más información, cuando estaba por salir del edificio un oficial se acercó a ella.

"¿Daniela Calle?" preguntó el uniformado, en su mano llevaba lo que parecía ser una tabla con papeles así que asintió de inmediato "Encontramos esto en la ropa del señor Daniel Garzón, buscamos más familiares de la señorita María José pero al parecer él era el último que le quedaba, y al ser mayor de edad ella ya se hace responsable de si misma. Tome, son las llaves de su casa"

"¿No tiene más familia?" preguntó desconcertada, el oficial negó, ahora sabía porque nunca dijo nada acerca de lo que su tío le hacía. Él era su única familia, la última que le quedaba "Está bien, gracias"

"Por nada" se despidió antes de dar la vuelta e irse de allí

Ahora Daniela tenía curiosidad, quería saber cómo es que su novia había vivido durante todos aquellos años, quería saber más sobre ella y el cómo había sido su vida. La conocía, sí, pero ahora quería saber más sobre su pasado, ella jamás hablaba de aquello y Daniela no insistía.

Para ser parte del futuro debes saber el pasado.

Siguió su camino a casa, aquel día era un poco más soleado de lo normal, casi no había nubes en el cielo así que estaba ligeramente despejado. Las calles estaban cubiertas por una fina capa de hojas, ahora verdes, gracias a la ligera ventisca de aquella mañana, el aire era fresco, ya no congelaba sus sentidos, era una suave brisa que refrescaba su rostro. En el aire podían olerse los primeros rastros de la primavera, la esencia fresca de vida, el aire corría con fervor llevando consigo el perfume de las flores que rodeban el ambiente, algunos pétalos se colaban. Mientras caminaban por la acera miraba a su alrededor, todas las personas parecían ir  inmersas en sus propios mundos, ocultos en sus realidades, cada uno dentro de una burbuja, nadie parecía notar lo que alguien más hacía. Y fue allí, mientras pasaba por un montón de hojas, que se dio cuenta del por qué Poché decía que las personas solo se preocupaban por si mismas; cuando alguien más necesita ayuda nadie parece escuchar, prefieren ignorarte pero las tornas cambian cuando es él quien necesita ayuda.

María José le había enseñado la vida en su más pura escencia, y desde el punto de vista más cierto, la verdad. Ella no quería un cuento de hadas, no quería un principe azul que la salvase, no quería una cita perfecta en un restaurante rodeada de velas y rosas rojas, tampoco una salida al cine para ver una película de romance. No, ella prefería lo más siemple pero dado de corazón, prefería una tarde en el parque mientras veían a las personas pasar y tomaban leche en caja, prefería pasar la tarde entera en una librería escuchando las líneas de algún relato, prefería pasar todo el día en un museo mientras su novia le explicaba con detalle cada una de las obras que veían, prefería comer cereales de colores sentada en la acera. Ella prefería una historia real, sincera, quizás no perfecra pero la amaba porque era suya.