Capítulo 12

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"Creo que nadie debería estar solo en navidad" Daniela habló sonriente del otro lado de la puerta

"Pero ¿Cómo sabes dónde vivo?" preguntó aún sin creer ella estuviese allí

"Digamos que le pregunté a alguien, además tú me habías dicho que vivias cerca del parque" argumentó con un gesto de misterio

"Es cierto, gracias" dijo con una débil sonrisa haciéndose de lado para indicarle que pasara "¿No estabas con tu familia?"

"Sí, pero prefiero estar aquí contigo. Paso todos los años la navidad junto a ellos, ahora es tu turno." habló con sinceridad

María José se hizo a un lado para dejar pasar a la castaña quien traía una pequeña bolsa consigo, ambas fueron a sentarse sobre el sillón pero no sin antes Daniela dejar la bolsa en la cocina, se acercó a la ojiverde que se veía realmente mal y puso su mano sobre su frente para así tratar de medir su temperatura.

"Poché, estás hirviendo" habló con preocupación "¿Ya has tomado algo?"

"No, olvidé las medicinas que mi tío dejó sobre la mesita de noche" tal vez Daniel era malo pero de vez en cuando no la trataba tan mal, pero solo aveces, ella trataba de disfrutar lo más que podía aquellos momentos en donde no se sentía como una basura, aunque fuese solo por unas pocas horas

"Dime cuál es tu habitación y yo subiré por ellas"

"Subiendo las escaleras la primera puerta a la derecha" dijo antes de ver como la castaña desaparecía escaleras arriba

Se recostó sobre aquel sillón de cuero marron para tratar de descansar mejor, hacía frío y le dolía la cabeza, espero hasta que Daniela bajase. Cuando escuchó unos pasos provenientes de la escalera alzó la vista

"Recuestate en el sillón, vamos. No puedes esforzarte mucho" llevaba en sus manos tres cajas de medicamentos distintos y una pequeña toalla  de color blanco "iré por agua pero mientras ponte esto, te ayudará con la fiebre" colocó en su frente el paño blanco, la sensación de la fría tela en contacto con su piel la hizo estremece un poco pero se relajó al instante.

Algo frío es lo que necesitaba en estos momentos, cuando Daniela regresó tenía un vaso de agua en sus manos el cual le dio, la ayudó a abrir sus pastillas y no se fue de su lado hasta que se hubiese tomado las tres pildoras, después volvió hacia la cocina.

"¿Cómo te sientes?" preguntó desde lejos

"Me duele la cabeza, tengo un poco de frío, no puedo respirar muy bien y la gripe me es muy molesta pero creo que me he sentido peor antes" contó de la manera más clara que pudo, tratando de que su voz no se apagase debido a la gripe "... Pero creo que estoy mucho mejor ahora, porque tú estas aquí"

Al regresar Daniela traía consigo un plato y una taza, sobre el plato habia una pequeña porcion de pavo junto a una ensalada de frutos y carne recién horneados, en la taza un poco de ponche de frutos caliente, entonces recordó aquella vez que había ayudado a su madre a preparar la cena de navidad; ella traía puesto su pequeño mandil de color azul pastel con dibujos de pastelillos que su padre le había regalado y el cual amaba usar, también cuando su mamá la dejaba batir el glaseado de los pastelillos y los sonidos de satisfacción que hacía su madre al probarlo, le decía que había echo un gran trabajo y besaba su mejilla, aunque ella sabía que no era la mejor cocinera de todas y que tampoco había sido ella quien preparó aquel glaseado, pero aún así la felicitó. Porque la mayor felicidad de una madre es ver a sus hijos felices.

No sabía que aquella sería la última vez que la vería.

Al recordar sus ojos se cristalizaron pero al instante los cerró con fuerza y sacudió la cabeza un poco tratando así de dejar de lado aquellas memorias.

7 DÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora