Capítulo 28: Enfrentarse al Rey Negro

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ENFRENTARSE AL REY NEGRO

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La tarde comenzaba a caer sobre las montañas de Foix, dejando paso a la brisa fresca de la noche que humedecía los cuerpos. A lo lejos, el paisaje era desolador, arrasado, abandonado y completamente extinto por pequeños focos de incendios.

Los dos jóvenes habían quedado afligidos ante el panorama, pues albergaban la esperanza de que en algún lugar, en algún sitio del mundo, por pequeño o recóndito que fuese, cupiese la posibilidad de que la vida siguiese tal cual. Pero después de aquella imagen, sus esperanzas se veían otra vez doblegadas.

Sin embargo, no fue aquel retrato el que les paralizó el corazón. La voz de un hombre tras sus espaldas era la señal de que todo había terminado.

Desde la primera y última conversación que tuvieron con Giselle Harsh, la perspectiva que tenía Shinji de la vida había cambiado por completo. Ya había perdido toda esperanza y ganas de luchar. Estaba convencido de que él no era el de verdad, si no un clon, y que como él podría haber cientos iguales, repartidos por todo el mundo; tan convencido estaba de su idea, que ya no temía por su vida, así que se giró y se abalanzó a bocajarro contra el hombre. Fue entonces cuando todo cambió.

- ¿Hyuga? ¿Eres tú? – Shinji fruncía el ceño y abría y cerraba sus ojos, intentando enfocar mejor la imagen en la casi oscuridad que les comenzaba a bañar. Al escuchar el nombre, Asuka también se giró a mirar, sorprendida y a la vez, entusiasmada, ya que si aquel hombre era Hyuga, tal y como ella sospechaba, Kaji podía estar vivo.

- ¿Dónde está Kaji? – preguntó Asuka, ante la perplejidad de Shinji por las inquietudes de la alemana.

- Hola chicos – les respondió el hombre con la voz casi truncada. Habían crecido tanto, habían cambiado tanto. Shinji era más alto que él, incluso. Pero lo más increíble de todo es que estaban vivos de verdad. Por fin tenía ante sus ojos una prueba irrefutable de que estaban luchando por algo real.

- Sí, Hyuga. Eres tú ¿Dónde has dejado a Kaji?¿Ha venido contigo?

- Que susto nos has dado – refunfuñó Shinji.

- Estás vivo, es increíble. Ya estamos a salvo ¿Dónde están los demás? Llévanos con ellos.

- Chicos, chicos, esperad – dijo preocupado Hyuga por el excesivo entusiasmo de Asuka.

Makoto se había percatado que la alegría únicamente venía de parte de la joven alemana, porque en lo que concernía a Shinji, seguía pasivo y parecía no estar sorprendido de verle con vida, o al menos, parecía que le era indiferente que fuese Hyuga o no. Sea como fuere, antes de mantener una larga conversación con ellos, lo primero que debía hacer era sacarlos de allí, pues en aquel lugar estaban en peligro.

- Debemos salir de aquí antes que nada. Luego hablaremos de todas esas preguntas – explicó Makoto.

- ¿Y a dónde nos llevas? ¿Vamos a la guarida donde se oculta Kaji? – insistía Asuka, que comenzaba a ser algo impertinente.

- ¡Basta ya! ¡Cállate de una vez con Kaji! Empiezas a ser excesivamente cargante – espetó Shinji, dejando a Hyuga perplejo, pues nunca antes había visto a Shinji en aquella tesitura.

- Cierra la boca, excremento humano inservible. No me dirijas la palabra en lo que te queda de vida. Por mi como si te mueres – los ojos de Makoto pasaron de estar abiertos a estar salidos de órbita.

- Tranquila. No te preocupes por ello, no será necesario. Que te cuide Kaji cuando lo encuentres, donde quiera que esté, vivo o muerto. Si está en una caja de pino, métete con él en ella a ver si te pudres y dejas de dar... – y antes de que pudiese terminar la frase, el mismo decidió dejar la conversación. Se estaba poniendo a su misma altura y estaba cometiendo los mismos errores que el día que se separaron, cuando la muerte del jabalí.

EVANGELION: Resurrección IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora