Capitulo 36

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Continuamos cenando mientras lo hacíamos, no parabamos de mirabamos con amor, con pasión y deseo como en las últimas noches. Me moria de ganas de estar con él otra vez. Nos animamos a pedir un postre, panacotta de chocolate blanco. Y fue inevitable, no imaginar nuestras lenguas practicando sexo oral en el cuerpo del otro. Deseaba ser la cuchara de ese postre que se llevaba a la boca.
No podíamos dejar de mirarnos... Y dejándome llevar por la tensión sexual le dije:

- Porque me miras así?
- Mmm quiero saber como hueles, que mezcla tendrás guardada entre tus piernas para mi.

Apreté mis muslos al por aquellas palabras, pase la lengua por mis labios y luego los mordí, no sé que pasaba conmigo, nunca había actuado así pero desde que fui suya por primera vez había despertado en mi un deseo sexual incontrolable por él.

- Te parece si lo comprobamos?

Dije con mi respiración agitada.
Chris me miró con una sonrisa perversa, paso su mano por su boca, pedio la cuenta. Salimos del restaurante como si el final del mundo estuviese a punto de llegar, cogio mi mano y me llevo al auto. Pensé que iríamos a casa pero no fue así. Condujo el auto hasta un hotel de la ciudad. Cuando llegamos al hotel, en el ascensor se avalanzo a mi boca en un beso profundo y saboreando nuestros labios, me cogió por la cintura, no podíamos dejar de besarnos, de acariciarnos, el deseo nos invadida. Abrió la puerta de la habitación a duras penas.
El deseo de podía sentir en el ambiente, me llevó hasta la cama, me tiró sobre ella, y luego busco mi cuerpo. Levantó la falda de mi vestido y metió su cabeza en medio de mis piernas recorriendolas de arriba a abajo.

- Que bien hueles!!

Nos desvestirnos mutuamente mientras nos dábamos besos llenos de pasión, quedándonos solo con la ropa interior. Ahora fuí yo quien deseosa de olerlo
deslicé mi nariz y le bajé los bóxers para poder oler todo bien de cerca. Lo tumbé y fui recorriendo su glande, tronco, testículos, volví a subir a su glande, baje su piel, me mordí el labio y besé su pene antes de sacar mi lengua.

- Te gusta?
- Me encanta! mmm
- Mmm chúpamela

Mi lengua jugaba en círculos, boca y su pene emanaban calor, estaba muy húmeda de toda la saliva que mi lengua le proporcionaba. Me encantaba comérsela de manera lenta y profunda y acariciándola con mimo. Cuando la introducía en mi boca hasta el final, mi lengua jugaba a lamer su glande. A Chris le temblaban las piernas placer y mi cuerpo se excitaba cada vez que sentía su pene en mi garganta. La saqué de mi boca y lamí su glande. Las manos de Chris se apoyaron en mi cabeza y empezó a mover su pelvis deseando más y más.

- Para, Emili, para!

Estaba a punto de correrse, me tiró en la cama, abrió mis piernas, comenzó a acariciar mi vagina por encima de mi braga, luego pasó su lengua por encima haciéndome vibrar de excitación. Apartó mi braga y paso su lengua por ella, mis caderas empezaron a moverse con mas ganas de sentirlo todo.
Miéntras lamía mi clítoris y penetraba mi vagina llevé mis dedos a mi boca y los chupé, mientas le pedía a gritos que no parara.

- No pares!... Mmmm... No pares!

Mis ganas iban aumentando al igual que el orgasmo que se avecinaba por esa lengua de que era poseedor. Me corrí en su boca y noté como su cara estaba empapada, sobretodo sus labios y su barbilla. Nunca me había sentido como Chris me hacía sentir, me llevaba al clímax, me levante y lo besé en la boca mientras nuestras lenguas, mezclaban. Mi boca lamió todo su cuerpo, me subí a horcajadas en su pene y empecé a montarlo metiendomela hasta el fondo. Bailaba con todo mi cuerpo para él. Acaricié sus hombros, su pecho, su cintura, y sus caderas.
Chris agarró mis caderas y ambos nos moviamos para que nuestros cuerpos volvieran a estar pegados.

La Sustituta.. El EngañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora