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Pasaron las semanas buscando rastros y señales de Cael, parece que 500 años de experiencia fueron suficientes para saber ocultarse

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Pasaron las semanas buscando rastros y señales de Cael, parece que 500 años de experiencia fueron suficientes para saber ocultarse. Viajaron alrededor del mundo en su búsqueda, cada lugar en el cuál él había estado en las últimas décadas.

— Nunca lo podremos atrapar — Sus esperanzas estaban empezando a disminuir cada que viajaban a un nuevo lugar y no estaba él.

— Lo haremos, lo atraparemos y pagará por asesinarlos — Le dio una sonrisa reconfortante para calmarla.

— ¿No conoces a alguien que nos pueda ayudar? — Leila lo miro en busca de respuestas.

— Creo que conozco a alguien, pero la verdad hace mucho que no hablamos — Esquivo la mirada de la castaña para enfocarse en el mar por el cual navegaban.

— Trata de hablar con él, nos reuniremos y puede que nos ahorre todo el proceso de búsqueda — Se retiró a su camarote para descansar después de su largo día.

Corvus por la noche no pudo dormir, el contante movimiento del barco hacia que su insomnio saliera a flote, con pereza se sentó en la cama, con la tenue luz proveniente de fuera busco esa tarjeta que llevaba guardando por años.

Su nombre era decorado por un lado de ella, y del otro, el número de teléfono junto con un beso a labial rojo, ese producto duró durante los años sin deteriorarse.

Tan pronto como llegaron a puerto busco un teléfono y llamo a ese número. Sonó hasta que una voz muy familiar hablo en la línea.

— ¿Bueno? — Su voz no había cambiado en este tiempo.

— Antlia — Pudo escuchar el como aguantaba la respiración la chica del otro lado — Oye, sé que lo nuestro no funcionó como queríamos pero no es por eso por lo que te llamo, necesito un favor — Un suspiro fue su respuesta inmediata.

— Es gracioso que después de años sin hablar solo lo hagas por un favor, pero esta bien, te mandaré un mensaje del lugar en donde nos veremos, no llegues tarde — Después de eso la chica colgó.

Salió de la cabina en dirección a Leila quién se encontraba serena viendo el alrededor.

— Nunca había venido aquí, es un lugar muy tranquilo, puedo ver toda la creación de mi padre en su máximo esplendor — Sus ojos tenían una chispa que nunca había visto en ellos.

— Me alegro de que te guste la vista, ya hablé con mi contacto, me enviará el lugar en donde quedaremos — Ambos se acercaron a la orilla del mar apreciando lo amplio que era.

Un mensaje se empezó a formar en la orilla con arena del lugar.

"Donde nos conocimos, no llegues tarde"

— Creo que esa es la dirección — Leila lo miro tratando de adivinar su expresión.

— Tendremos que viajar muy lejos — Suspiro mientras veía el mensaje desaparecer.

Pasados dos días estaban en Portland, Oregón; en busca del conocido de Corvus.

Estaban a las afueras de la ciudad, los barrios bajos en los cuales la delincuencia no se hacía esperar, entraron a un lugar en el que parecía una bodega, al entrar era un lugar de luchas, no cualquiera, uno sobrenatural, todo esto era ilegal en más de una manera.

Ambos se dirigieron al fondo en dónde se encontraban mesas de apuestas. Corvus la diviso y se abrió paso hasta esa mesa, Leila solo lo seguía de cerca. El pelinegro se sentó sin ser invitado ganándose una mirada de la chica que ya estaba.

— Te dije que no llegarás tarde —Era una chica castaña de muy buen ver.

— Ya sabes cómo es el tráfico aquí — Corvus le regaló una sonrisa ladeada.

Leila tomo asiento a lado de él haciendo que la chica desconocida la mirara, sus ojos eran de leviatán, diferentes a los de Corvus.

— Parece que ya encontraste a otra — Sin pudor la escaneo de pies a cabeza.

— Antlia venimos aquí por algo — Corvus trato de hacer que quitará los ojos de Leila llamado su atención.

— Cierto, ¿Que necesitas? — Toda la atención dela chica era puesta en él.

— Necesito encontrar a alguien, a un sujeto llamado Cael — La cara de Antlia cambio en un segundo.

— !¿Estas bromeando?! Eso es imposible — La chica se puso de pie — Es absurdo, él esta muerto — Cierta pizca de pánico cruzaba por su voz.

— Te equivocas querida, Cael esta vivo y lleva varios años escondiéndose — Leila interrumpió a Antlia antes de que dijera otra cosa.

— Veré que averiguó, pero no te aseguro nada — Se perdió de la vista de ambos entre las criaturas.

— Es encantadora — La voz sarcástica de Leila hizo que Corvus rodara los ojos.

—Ahórrate los comentarios, yo se que no — Ambos salieron del lugar para regresar por fin a Light Town.

𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄  [𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora