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Una brisa refrescante hizo mover las hojas del páramo dónde se encontraban, pequeños susurros eran borrados por el silbido del viento en esos momentos

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Una brisa refrescante hizo mover las hojas del páramo dónde se encontraban, pequeños susurros eran borrados por el silbido del viento en esos momentos.

El sonido de las aves daban un toque escalofriante, la misma naturaleza sabía que iba a pasar.

Del lado contrario del que se encontraba la pareja se podían observar a varias personas que emergian de la maleza del lugar.

Entre todos ellos se hizo notar una figura varonil de edad adulta, aproximadamente 50 años.

Cuando la mirada de Corvus dió con él algo en su interior se alteró, estaba ahí, su padre, el Príncipe Leviatán acompañado de sus hermanos y hermanas.

Pudo distinguir varias caras conocidas, por un momento pensó en rendirse pero no podía permitirlo, habían llegado tan lejos y está era la hora.

Con esto culminarían lo que habían iniciado, podrían vivir en paz después de esto.

- Prométeme que estaremos juntos después de que esto acabe - Tomo la mano de Leila dando un pequeño apretón.

- Cuando esto termine solo seremos nosotros, no tengas duda de eso - Le regalo una sonrisa mientras devolvía el gesto.

- Regresen por dónde llegaron pajarracos, aquí no hay nada que ver - Lanzo una mirada severa hacia sus contrincantes.

Leila dió un paso al frente y a su lado Corvus, ambos aún tomados de la mano se aproximaron al mayor.

- Hemos venido a terminar esto y que mejor que desde raíz - Desfundó su espada dando señal a atacar.

Ambas partes se aproximaron a los contrarios empezando la batalla, los ángeles desplegaban sus alas y otros atacaban por tierra, los aliados de Corvus se transforman y peleaban junto a los ángeles.

No tardaron en escucharse los gritos de pelea, la pareja solo se dirigió a enfrentarse al Príncipe; Leila fue la primera en atacar con su espada en alto, sus movimientos eran precisos, utilizaba varias técnicas de ataque, Corvus mientras atacaba por la espalda, el Leviatán transformado y con sus garras tratando de herir a su creador.

El hombre esquivaba los ataques con elegancia, ese toque que de vez en cuando tenía Corvus, entre la pareja se sincronizaron para realizar una secuencia de pelea en dónde atacarían a la vez.

Ambos atinaron a golpear el torso del mayor sin que se inmutara, con un solo golpe se su mano mando a volar al pelinegro.

Se protegió del golpe de la castaña para después tomar entre sus manos la espada celestial, no importó que tan afilada estaba ya que de todos modos se la quito.

El hombre proporcionaba golpes secos a la figura femenina mientras ella los esquivaba o paraba, todos estaban en las mismas situaciones, los ángeles empezaron a caer poco a poco, ellos eran mucho más, los leviatánes atacaban con dientes y garras a sus oponentes.

Corvus mordió el cuello de su padre con su mandíbula llena de dientes puntiagudos, la sangre oscura empezó a emanar de la herida, de un movimiento el Príncipe se quitó al pelinegro.

Leila puso de pie a Corvus y sanó unas pocas heridas que tenía, su adversario dió unos pasos hacia atrás y empezó a transformarse, todos conocían como era, una gigantesca serpiente marina, sus ojos amarillos resaltaban en sus escamas verdes oscuras, todos los presentes por consecuencia se alejaron.

Su tamaño era exagerado, imponente y producía un miedo a sus oponentes, los leviatánes se habían coordinado para atacar de dos a los ángeles, ya no eran el mismo número ahora solo quedaba la mitad de ellos.

Leila mato a uno que pasaba por su lado con su espada, Corvus enterraba sus garras en la garganta de los de su especie.

- Son demasiados - El pelinegro se tiró sobre uno de ellos y rompió su cabeza.

- Lo sé - Una leviatán agarro desprevenida a Leila aprovechando el tumbarla y romperle el hombro, son el impulso de sus alas la castaña emprendió vuelo.

Al estar lo suficiente alto se dejó caer aterrizando sobre la susodicha dejándola inconsciente.

Ese era su fin, no tenía la suficiente energía para sanar su brazo y Corvus estaba ocupado con otros dos leviatánes, un par de ellos se dirigieron a ella pero antes de llegar fueron atravesados por lanzas.

Los ojos de la chica se dirigieron a los causantes, para su sorpresa se encontraba Mary junto al ejército celestial quienes no dudaron en atacar.

- Levántate, esto aún no acaba - La repentina aparición de su amiga le trajo esperanza.

- Gracias Mary - Leila le dió un abrazo rápido para dirigirse a Corvus.

- Debemos matarlo ya - Leila tomo una lanza celestial mientras el pelinegro acababa con el último.

- ¿Cómo haremos eso? - La voz agitada dejaba en evidencia el cansancio físico del momento.

- Intentaré algo, yo lo distraete y tú lo matas - Le entrego su espada, no le dió tiempo de protestar ya que se había ido.

Se acerco rápidamente al gigantesco Leviatán para clavarle la lanza en el cuello, un alarido salió de su boca para después tomar a la chica con su cola, Corvus se aproximó con ayuda de Mary por atrás.

Se safo de su prisión, el leviatán se dió cuenta de la presencia de Corvus, quitó la lanza y fue dirigida en dirección al chico, Leila en un arranque de pánico lo único que hizo fue interponerse entre la lanza y Corvus

La chica salió volando cerca del chico, esté aprovecho y corto el cuello del Príncipe, en ese tiempo los ojos amarillos del leviatán se giraban hacia arriba para después dejar caer la cabeza sin vida al suelo.

𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄  [𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora