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Mary había cumplido su promesa, le envió a Leila la dirección de su amigo, ya le había explicado la situación a Corvus y la había apoyado, si tenían que buscar a esa persona para averiguar más, ellos lo harían

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Mary había cumplido su promesa, le envió a Leila la dirección de su amigo, ya le había explicado la situación a Corvus y la había apoyado, si tenían que buscar a esa persona para averiguar más, ellos lo harían.

El ángel pudo reconocer el lugar y rezaba a su creador que no fuera quien ella esperaba, tenía sus razones para no volverlo a ver ¿porque justo ahora?.

El lugar seguía siendo el mismo, aun no tenía mantenimiento y seguía igual de sucio, sin contar las manchas de sustancias extrañas en el suelo, la mayoría licor y sangre seca.

La pareja se encontraba en el lugar tomados de la mano, Corvus le proporcionaba pequeñas presiones en la mano para que supiera que estaba con él.

Un ruido de aleteos se hizo escuchar provocando que se soltaran y la chica tomara su espada, el culpable de eso salio de una habitación, era rubio, de tez pálida, traía consigo una botella de licor y sin playera.

Lo que mas impresionó a la castaña fueron las alas del chico, estaban destrozadas, las plumas estaban maltratadas y algunas con sangre.

— Parece que el alcohol por fin esta haciendo efecto, eso o estoy alucinando — Puso sus ojos sobre la figura femenina que mantenía la espada en su mano.

— ¿Qué rayos te paso Connor? — Leila guardó su espada para ponerse recta, se acerco unos pasos a él.

— ¿Eres real? — Connor se acerco y toco su cara, sonrió al comprobarlo — Creí que habías — No aguanto más y la atrajo hacia él dándole un fuerte abrazo.

Corvus se aclaro la garganta haciendo reaccionar al Ángel.

— Y parece que trajiste a un acompañante — Se separo un poco de la chica para después ella separase completamente confundida.

— Soy Corvus, no es un placer conocerte — Una sonrisa sarcástica se hizo presente en su rostro.

— Encantador — El comentario sarcástico del rubio no paso desaparcibido por ninguno de los presentes.

— Connor ¿Qué te paso? tus alas están.. — No sabía muy bien el como describirlo.

— Horribles — Termino Corvus por ella sin resentimiento

— Gracias, estaba tratando de decirlo más delicadamente — La mirada reprochadora de Leila se dirigió a su pareja.

— Ya se que mis alas están mal, durante la batalla contra los leviatanes fui herido y me dejaron abandonado a mi suerte ya que no podía volar — Miro sus alas lastimadas mientras hablaba de lo sucedido.

— ¿Porqué no te curaron, hubiera sido más fácil — Con ayuda de Leila se puso de pie y se aproximaron a una banca.

— Es una guerra, en ella hay bajas, y les conviene no desperdiciar energía con un ángel más — se recargó en la chica ante la atenta mirada del pelinegro quien solo viró los ojos.

— Y es por eso que te embriagas, muy bien de tu parte — Corvus no confiaba de todo en él y lo dejaba en claro con sus comentarios.

— Puedo ayudarte a sanar, pero me llevara tiempo, aparte de que necesito un favor — El rubio no dudo en aceptar la propuesta de la chica, no quería quedarse en ese lugar por más tiempo.

— Puedes pasarme eso de ahí — Señalo una mesa que se encontraba en la parte del lugar.

Leila se levanto y se dirigió a aquel lugar sin percatarse de la mirada de Connor  al escanear su figura de espaldas, pero eso no paso por alto para el leviatán.

— ¡Hey! Cuidado con tus ojos, la bebida te afecta, hace que se muevan sin control — Se puso entre la mirada de Connor a la figura de la castaña.

— Solo veo lo que era mi propiedad — Se excuso regresando a su primera posición.

— Como dijiste, era, del verbo ya no — Ambos tenían una pequeña pelea de miradas para cuando Leila llego.

— ¿Esto? — le entregó un pedazo de tela con el cual el rubio limpio el sudor y sangre que se mezclaban en su cuerpo.

— Y dime Corvus ¿Tú que eres? yo esta claro que soy pero tu, parece que eres un Dullahan — Leila confundida por el comentario de Connor miro a Corvus.

— No, yo si tengo cabeza sobre mis hombros — Una sonrisa burlona acompaño el comentario.

— Corvus es un Leviatán — Ante la declaración Connor solo pudo agrandar sus ojos en dirección al pelinegro.

— Es el enemigo ¿que hace contigo uno de ellos? — Como pudo tomo su espada pero fue detenido por Leila.

— Él es bueno, para eso hemos venido, necesito un favor muy importante — La figura de Leila se colocó frente al rubio.

— ¿Qué clase de favor? — Los ojos azulados de Connor seguían puestos en Corvus.

— Necesitamos que investigues algo, es muy importante y Mary nos dijo que tu eras el indicado, por favor — La mano de Leila se dirigió al hombro descubierto del ángel.

— Esta bien, lo haré, pero necesito que me ayudes con esto — Movió un poco sus alas haciendo que tronara un hueso y produjera un alarido de dolor.

— Claro ¿tienes alguna habitación para que te pueda curar eso? — No era por Corvus pero esta clase de sanación era más complicada, tardada y necesitaba de más poder celestial que podía llegar a herirlo.

— Creo que hay una por acá, voy a buscarla — Se paro y se detuvo de la pared para ir en busca del lugar.

— Leila, no confío mucho en él, te ve de una forma no muy normal ¿Es cierto que fueron algo? — La castaña lo vio y solo atino responder lo que ya sabía.

— Él es mi ex novio, fue hace mucho, fue antes de conocerte, y no te preocupes, es muy leal cuando hace un trato, lo sé por experiencia — La castaña se iba a retirar a seguir a Connor cuando Corvus la atrajo y deposito un corto beso en sus labios.

 — Con cuidado — Susurro aun con su frente recargada en la de ella.

— Se cuidarme sola, pero lo tendré — Le dio un último beso para desaparecer por el corredor del lugar.










𝐍𝐎 𝐓𝐈𝐌𝐄 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄  [𝑪𝒐𝒎𝒑𝒍𝒆𝒕𝒂]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora