A Fangirl's Dream [Chris Evans]

I

Primer intento

[Vienna, Billy Joel]

Alexa se encuentra con su computadora sobre sus piernas, presiona F5 cada medio minuto para recargar la página. Los minutos se hacen eternos, al menos hasta que por fin aparece lo que tanto esperó y de inmediato se apresura para obtener su pase para ir a la ACE Cómic-Con. La adrenalina corre por sus venas. ¡Lo logró! No puede con su emoción y comienza a saltar de un lado a otro en su departamento. Está fangirleando.

Luego de varios gritos ahogados en una almohada y uno que otro que se le escapa, logra calmarse, ¡lo consiguió! ¡Lo hizo!

Suspira y da un vistazo a su alrededor. Su condición ha cambiado demasiado desde hace un año que el golpe de suerte llegó a ella y a la pastelería, aunque sigue sin tener un auto porque le aterra conducir, pero a partir de eso, todo está bien. Su departamento es perfecto para ella y sus dos habitaciones son lo que siempre buscó.

El reproductor de música está lo suficientemente fuerte para que pueda bailotear por todo el departamento con emoción, es un grandioso día y nada lo puede mejorar.

¡Un momento!

De inmediato corre hacia la habitación pequeña, abre con la llave que tiene escondida y el pequeño cuarto de juegos queda ante ella.

Su principal tesoro está en el centro de la pared con un precioso marco de madera labrada y protegido con cristal: la primera edición de Los 4 Fantásticos, el cual buscará que Stan Lee se la firme durante la convención a la que asistirá.

¡No puede con la emoción!

El tiempo transcurre entre su trabajo y su pequeño hogar, últimamente los pedidos son más exigentes y ha comenzado a cansarse pero, como siempre lo ha dicho, es lo que hay que hacer.

Usualmente su vida es una monótona y aburrida rutina: de lunes a viernes, quizá sábados y muy a excepción los domingos, suele pasarlos trabajando en la pastelería. Y ya.

Pero su parte favorita son sus días libres, esos días en donde la verdadera Alexa sale a la luz y se siente muy feliz. Tardes de cine, noches de maratones de series en casa y acudiendo ocasionalmente a algunas ventas de garage para buscar más tesoros para su pequeña colección. En la última, tuvo una pequeña disputa con un niño de 9 años por una figurilla de Spiderman, de esas que salen en los cereales. Obviamente ganó, luego de sobornar al niño.

A veces, siente que algo le falta a su vida.

O sea, no se queja, está muy agradecida por lo que tiene y la gran oportunidad que se le presentó, pero, no está del todo feliz.