A Fangirl's Dream [Chris Evans]

XLIV

Meses

[Te doy la vida, Leonel García]

—¡Feliz noveno mesiversario, Dorito! —exclama Alexa saltando en la cama, causando que Chris despierte sobresaltado.

Dodger entra a la habitación y al ver a la chica saltar, sube a la cama y la imita, causando que la pareja lo observe llenos de sorpresa. Eso emociona más a Alexa que intenta saltar más alto y que luego de un rato, se deja caer a un lado del actor.

—¿Por qué no saltaste con nosotros? —pregunta ella con un dulce puchero en los labios. Dodger entiende que el juego ha terminado y sale de la habitación, probablemente a comer lo que Alexa le ha servido, y que interrumpió por venir a brincar.

—Si los dos saltábamos en la cama podría romperse —dice él dejando un pequeño beso en la frente de la joven para luego incorporarse y caminar hacia el baño.

—¡En otras ocasiones que hemos saltado no ha pasado nada! —le grita Alexa y rueda de un lado a otro en la cama, escucha una fuerte carcajada de su novio.

Cuando el actor vuelve, la chica se levanta de la cama y corre a sus brazos. Chris la sujeta con fuerza, la escucha suspirar y de inmediato la besa.

—Estás muy feliz el día de hoy, preciosa —le dice el actor y acaricia suavemente su mejilla —. ¿Puedo saber la razón?

—No lo sé, tú dime —responde de forma burlona y luego se separa de sus brazos, para tomarlo de la mano y hacerlo caminar hacia el comedor, en donde ha dispuesto la mesa para desayunar —. Tú insististe en preparar nuestra cena de aniversario, así que decidí hacer algo para desayunar y consentirte un poco.

Chris sonríe agradecido, toma de la cintura a su novia y la besa sin prisas. Alexa suspira en medio del beso, pero luego es ella quien se separa.

—Tengo hambre —murmura la joven con una sonrisa tímida.

Una hora después, terminaron de desayunar y también limpiaron todo. Alexa toma sus cosas para terminar de ordenar algunas cuentas de la pastelería y se traslada al estudio en la casa del actor. Chris aprovecha para llevar a Dodger con su madre.

Cuarenta minutos después, cuando vuelve, Alexa sigue en la misma posición, salvo que ahora, hace una llamada mientras apunta algunas cosas en una libreta.

Chris la observa desde lejos, piensa que nunca había estado tan enamorado, le gusta verla aquí, junto a él, escuchando su voz cuando habla con seriedad con sus proveedores o cuando cambia a una voz más aguda y chillona para dirigirse a Dodger. Podría acostumbrarse a esto, si no es que ya lo está.

—No te escuché llegar —dice ella finalizando la llamada y deja todo para caminar hacia él, en búsqueda de un abrazo, que claramente consigue.

—Estabas ocupada —responde el actor y deposita un pequeño beso en los labios de su novia —. ¿Necesitas algo?

—Un beso más largo, quizá —susurra con dulzura.

Chris simplemente la complace y la besa. Es algo que se ha vuelto un tanto adictivo para ambos, aquellas muestras de afecto, por muy pequeñas que parezcan, les causan un efecto relajante.

Por un momento se olvidan de todo y se entregan en un desfogue intenso de pasión y emociones, en donde, el cómodo sillón en medio de los grandes libreros, es su escenario perfecto. No les da tiempo de ir a otro lado, pues sus primitivos instintos le exigen una satisfacción inmediata. Las prendas dejan de cubrir sus cuerpos con rapidez y en pocos minutos, están listos para entregarse mutuamente.