A Fangirl's Dream [Chris Evans]

XXXIX

Scott Evans

[We go together, Grease]

Alexa no sabe cómo cambió todo tan drásticamente. Han pasado dos semanas desde la boda de Karen y Paul, y casi todo alrededor de su vida se ha vuelto un CAOS, sí en mayúsculas.

Durante la luna de miel de los recién casados, ellos tomaron una decisión: iban a mudarse. La casa que ellos deseaban comprar la adquirieron, pero en Canadá, de donde es oriundo Paul. Su padre, al notar que por fin había sentado cabeza, le dio todo el mando de un pequeño restaurante familiar. Los ahora marido y mujer, no pudieron desperdiciar esa oportunidad, era algo seguro para ellos que apenas empezaban como familia. Apenas volvieron, fueron exclusivamente para hablar con los padres de Karen, empezar los trámites y la mudanza, y para hablar con Alexa. Ella lo tomó bien, a decir verdad, no esperaba despedirse de ellos tan pronto, pero lo aceptó. El cariño que había tomado por la pareja era muy grande pero, sabía que este paso sería muy beneficioso para ellos. Prometieron mantenerse en contacto y visitarla en algunas ocasiones.

Todo estuvo bien por un par de días, hasta que el siguiente fue Jack. Él consiguió una beca en Francia para especializarse aún más en repostería, era una oportunidad única y no había forma en que desistiera. Alexa fue la primera en saberlo, el chico habló con ella apenas recibió la respuesta confirmatoria. La relación de hermandad que se había formado entre ellos, hizo que la chica resintiera aún más su futura partida. Ella intentó darle la mejor cara y apoyarlo en todo, quería verlo cumplir sus sueños, sin embargo, le costaba mucho pensar en los días en la pastelería sin sus malas bromas o su sentido del humor. Pero la decisión ya estaba tomada y él partiría a fin de mes, era una beca completa con probabilidad de trabajo, con lo que podría ayudar a su familia.

Alexa pasea por la pastelería, hay nuevos empleados, aunque el ambiente no se compara al de hace un año. Amelia la observa con una sonrisa maternal, ella también comienza a resentir aquellas partidas, pero la joven lo refleja más.

—¿Estás bien? —pregunta Amelia acercándose a la chica que ha bajado su teléfono luego de teclear algunas cosas.

—Lo estoy. Hice el último pago de la pastelería —murmura con un ápice de ilusión —. El fin de semana firmaremos los papeles y será oficialmente mía.

—Lo mereces, Alexa —dice Amelia con sinceridad.

—Gracias. Aunque siento que esto ya no es igual —le confiesa —. Antes me hacía mucha ilusión venir todos los días, ya sabes, convivir con ustedes y divertirnos. Me gusta hacer lo que hago, pero me gusta más pertenecer a un equipo —le dice.

—Probablemente sea por los cambios, pero ya verás que todo va a ir cambiando con el tiempo.

—No será igual. Los chicos nuevos me agradan y no me molesta darles oportunidad a personas sin experiencia, pero, por más que me esfuerce, ellos me seguirán viendo como su jefa a pesar de todo. Y cuando éramos nosotros 5 todo era diferente, se sentía como un verdadero equipo.

—En eso tienes razón. Nosotros te conocimos desde un inicio y el compañerismo entre nosotros fue muy real —concuerda y suspira —. Ustedes siempre serán mi segunda familia y yo su madre adoptiva —se burla y causa que Alexa sonría.

—Detesto los cambios —murmura.

—Tal vez sea toda la tensión que hemos tenido últimamente. Tal vez necesites descansar un poco —sugiere.