Parte 11

974 118 5
                                    

-Mierda Ana tienes un novio realmente caliente.- dijo Mía mientras compartíamos una bebida en mi cocina. 

- Lo se, pero no lo mires.- me burlé de ella que evidentemente estaba sorprendida aún. 

Ella se abanica con la servilleta y es inevitable reírme de la situación. Seguramente tendré una conferencia por parte de Christian, quien aún siendo alguien relajado y que detesta el innecesario nerviosismo del trabajo, tiene un marcado límite respecto a su privacidad, tanto así que no está a favor de las redes sociales. Es como tener a dos hombres en uno, supongo que estaba destinado que nos encontremos. 

- ¿Desde cuando están juntos?- preguntó curiosa.

- No es como que tenemos una fecha, pero desde que nos conocimos tenemos esta unión especial y solo seguimos evolucionando.- me encogí de hombros pero por dentro sentí un calor crecer al pensar en nosotros como uno solo.

- Estás tan enamorada que se ven en tus ojos cuando hablas de ustedes... estoy feliz por ti amiga.- extendió para tomar mi mano y se rió con picardía cuando escuchó los pasos de Christian acercarse hasta donde estábamos. 

-Hola Mía, siento lo que pasó recién.- dijo Christian incómodo dejando una palmadita en la espalda de Mía antes de rodear la mesa para besar mi cabeza y sostenerme por detrás. 

- No te preocupes, creo que fue la sorpresa de que seas tú el que esté en ese baño, más que la impresión de encontrar a alguien.- se rió para relajar el ambiente. 

-¿Quieres quedarte a cenar?- le pregunté a mi amiga y sentí el pellizco en mis costillas, supongo que Christian no estaba de acuerdo. - Estaba por preparar algo para nosotros.- 

- Tanto como amaría probar tu comida, realmente quiero llegar a casa.- Se excusó ella. - He estado caminando todo el día y apreciaría un baño y una buena copa de vino en mi hogar.- Nos levantamos para despedirnos y acordamos encontrarnos en estos días para poder tener una charla de amigas sin la interrupción de novios demasiado apuestos. 

- Al fin solos chiquita...- dijo Chris a mis espaldas apenas hube cerrado la puerta. 

Tal vez fuera toda la situación o que había adoptado su pose característica y me miraba con ojos libidinosos, pero en lugar de encenderme como lo había hecho en la habitación, me causó mucha risa. Me miró confundido pero terminó por tentarse y reír a mi lado. Algo que tenía que destacar de Christian es que nunca antes, o por lo menos que recordara, me había reído tanto y disfrutado de cosas simples, él simplemente me hacía feliz.

- Dios te quiero tanto... me haces feliz.- dije tirándome a sus brazos. 

Por supuesto que me recibió gustoso y aprovechó para besarme, además de arrastrarnos hasta la cocina e insistir en que preparara algo delicioso porque, en sus palabras, "Simplemente no puedo comer nada que no sea de tus manos y tengo planes para quemar esas calorías."

Cenamos pasta con salsa y pan recién horneado, Christian tenía buen gusto para elegir los vinos y le concedía aquello y que colocara el servicio en la mesa, actividades que compensaran mi esfuerzo en la estufa de la cocina. Luego terminamos y limpiamos todo antes de ir a acostarnos, por lo general hacíamos el amor, pero era evidente que mi hombre estaba demasiado cansado para este tipo de ejercicio y simplemente lo acomodé para hacerle algunos masajes. Quien me viera y solo conociera a la Reina, probablemente pensaría que estaba loco. 

- Estás demasiado tenso.- murmuro.

- Realmente fue un día complicado, no ayuda que mi hermano se comporte como un asno.- gimió cuando encontré y comencé a trabajar un nudo. - ¿Encontraron algo en la investigación?- 

¿Vivirías por mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora