¿Vivirías por mi?

Parte 9

- Tranquila... ya estás recobrando un poco de color.- dijo a mi lado mientras me seguía sosteniendo, solo que de alguna manera me llevó a la sala de la oficina y me acercó un vaso de agua con azúcar que solo Dios sabe cuando y como consiguió. 

Yo aún temblaba, no podía quitar las imágenes que tenía en mi mente, pero al menos el asco estaba remitiendo. Tenía miedo, creo que por primera vez en  más de diez años estaba volviendo a sentirme tan indefensa como aquel día en que mataron a mis padres. 

- Nada de lo que haga los va a mantener a salvo... los van a matar si no me entrego.- dije o pensé. Al parecer era la primera opción porque Christian se agachó para quedar arrodillado entre mis piernas y prácticamente me obligó a verle a los ojos. 

- Ana, dime que pasa.- pidió preocupado. 

Demoré en contestar, pero fue el tiempo en que recobré el control de mi misma. Era la Reina, no podía mostrarme débil. Carraspeé antes de enderezar los hombros y me levanté, aún temblando un poco, y me dirigí a mi escritorio, aferrándome a los bordes hasta que logré sentarme en mi silla. Christian me siguió y arrastró una silla para sentarse a mi lado. 

- Muéstrame.- pidió con voz calmada. 

Volví a encender la pantalla y apareció la carpeta de imágenes que me habían llegado hacía apenas unos minutos. Una tras otra se cargaron en la pantalla y nuevamente me horroricé al ver el desastre que se había organizado en el cubículo del baño. El cuerpo estaba acomodado sentado en el retrete, su rostro golpeado casi no era reconocible y el resto del espacio estaba completamente cubierto con palabras escritas con la sangre de la víctima. 

- Todos esos nombres...- murmuré. 

- Son tus amigas, tu familia y yo.- dijo en voz baja. - ¿Es la primera vez que te amenazan?- preguntó y sentí su mirada sobre mi. 

- No... pero nunca pensé que lo harían de esta manera y en mi propio bar.- dije atreviéndome a verle. - La vez anterior solo dijeron que iban a por mi, los demás jefes saben de esto y están tomando medidas, pero sabemos que ya han atacado a alguien. Van por la gente que nos importa.- 

- Por eso los guardaespaldas... tendré que hablar con Mark y aclarar ese punto.- le miré interrogante. -Mark es mi guardaespaldas y estuvimos evadiendo a tu hombre, aunque últimamente no lo vimos.- 

- Mi hombre es bastante bueno, reportó que se iba a esconder mejor.- justifiqué. 

Nos quedamos en silencio y él terminó por cerrar las pestañas de las imágenes, dejando solo una pantalla limpia. No sabía cual paso sería el siguiente, ahora Christian sabía de mi otra vida y no estaba segura de que es lo que pensaba exactamente, lo único que se había convertido en una certeza para mí era que estaba decepcionado, mucho, de la mentira que había estado manteniendo. 

Tocaron la puerta y di la orden de que entraran. William venía acompañado con Jason, quien por un segundo demostró sorpresa al verme con Christian, aunque más bien debería sorprenderle que me viera un poco enferma todavía. Además de ellos, entró mi detective, a quien solo veía en las situaciones donde había demasiado peligro o cuando era un negocio importante. 

- Señores tomen asiento por favor.- dije recuperando un poco la compostura de la Reina. -Jason, recuerdo haber ordenado que te lleves a Gail lejos.- 

- Nos iremos esta noche, ella está segura ahora mismo. Sin embargo no está contenta con tu decisión.- lo miré por un momento antes de pretender ignorar su enojo. 

- No me interesa que tanto les gusten mis decisiones, es su seguridad lo primordial.- sentí la mano de Christian en mi muslo y agradecí mentalmente porque aún tuviera ese tipo de gestos para conmigo.  - Pero ya que estás aquí será mejor que te informes.-