Extra #2

984 114 8
                                    

He vuelto! con este extra que sirve de cierre y con novedades de dos historias en las que estoy trabajando y que empezaré a subir de a poco, ya que aún están en proceso de creación. 

Los Amo! Agradezco muchísimo que aún sigan por aquí y nos estaremos leyendo más pronto y más seguido.


Pov Anastasia 

Estoy sentada jugando con una servilleta mientras espero que mi café preferido se enfríe lo suficiente como para no quemarme. Es agradable estar en un lugar tibio y tranquilo cuando afuera hace tanto frío, por supuesto que el invierno en la ciudad siempre es así, pero es preferible al calor húmedo que hace durante el  verano, esta es mi excusa para escabullirme a este café, el cual se ha vuelto mi favorito porque saben exactamente como preparar mi mocha capuccino, además que prefiero pasar mi hora del almuerzo en un lugar donde nadie esté esperando a que de una orden o temiéndome. También era mi lugar para descansar incluso de Christian y el restaurante. 

Habíamos logrado volver a ser una pareja formal y estable. Tras un año separados y dos entre idas y vueltas, siendo amigos y luego dejando que los besos dieran paso a las caricias y a noches que pasamos juntos el uno en el lugar del otro, compartiendo cama y largas charlas a la madrugada, se podía decir que finalmente lo habíamos logrado y nos habíamos unido definitivamente. Éramos una pareja rara después de todo, y luego de trabajar bastante en nuestras diferencias e intereses pudimos finalmente dar el siguiente paso. 

El tiempo separados había sido un período duro, en el que pensé que no lo lograríamos. Resultó que éramos mejor como amigos y aquello nos limitaba en nuestra manera de comportarnos alrededor del otro. Mejoramos nuestra confianza y compartíamos muchos momentos que tal vez de otra manera no habríamos podido vivir. Comenzamos por hacer ejercicio, compartiendo rutinas y consejos para cuidarnos al aire libre y en el pequeño gimnasio que había armado en su casa, luego comenzó a visitarme en mi nuevo negocio y era un buen catador de vinos y mis menúes. 

Con el tiempo compartíamos más y más cosas y actividades, aunque no dejábamos que eso nos hiciera avanzar más allá de una amistad que disfrutaba, por decirlo de alguna manera. Christian había sido el de la idea de tomarnos las cosas con calma esta vez, y llegó a confesarme muchas cosas que antes, cuando estuvimos juntos, no se había atrevido a decirme por miedo a que eso nos separara. También nos permitimos salir con otras personas, explorar un poco antes de decidir realmente que es lo que queríamos y, a pesar de que no estuve segura al principio, fue la mejor idea. Tener citas con otros hombres me permitió saber que es lo que realmente quería de una relación y el nivel de atracción que sentía por Christian, era como un experimento para ambos y los resultados se volcaron a nuestro favor cuando fuimos incapaces de encontrar a alguien que nos gustara tanto como nosotros mismos. Secretamente había estado aterrada al principio de que él encontrara a una chica que le gustara más que yo, de la misma manera en que estaba nerviosa por encontrar a alguien. 

Después de eso nos reunimos para hablar sobre lo que pasaba y decidimos intentarlo por última vez. Hicimos un compromiso sobre esforzarnos y ser sinceros, pusimos un límite hacia nuestra vida profesional y resolví mi problema de celos, de la misma manera en que Christian trabajó en su manía por guardar secretos. 

Había vuelto a la casa que una vez había sido de ambos y me sentía mucho más segura de mi misma luego de pasar este tiempo intentando fortalecernos antes de dar los pasos que necesitábamos dar como pareja. También nuestras diferencias se habían ido desvaneciendo poco a poco hasta quedar reducidas a unas pocas cualidades que no hacían más que enseñarnos a compartir y convivir, al fin y al cabo, las relaciones se trataban de negociar, ceder y encontrar el punto medio. Nuestros trabajos habían dejado de importar y, de la misma manera en que preferíamos mantener nuestras oficinas separadas en la casa, no le había pedido acompañarme y él tampoco compartía más que unos pocos informes que le causaban problemas, habíamos charlado largo y tendido para llegar a la conclusión que mientras fuera seguro, no involucraríamos al otro a menos que realmente fuera necesario. 

¿Vivirías por mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora