Extra #1

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POV Anastasia

De cualquier cosa que pudiera desear en el mundo, lo que elegiría en este momento sería una gran orden de comida chatarra y una cerveza. No era el tipo de comidas que regularmente tenía en mi menú, pero desde hacía un tiempo tenía esta cosa por tener antojos extraños los fines de semana, justo cuando volvía de controlar las cosas de mi nuevo restaurant y de la organización. 

Volver a la realidad después de cuidar a Aiden y Violet por casi dos meses y medio, me golpeó, no porque estuviera desconectada, ya que había estado trabajando por teléfono y con video llamadas, sino porque me había acostumbrado demasiado a la tranquilidad de la isla y a la "amistad" que había desarrollado con Christian. Hablábamos por las noches sobre todo, cuando nos despertábamos para cuidar del bebé e intentábamos facilitar las cosas para Violet, quien estaba un poco abrumada por su solitaria maternidad, también teníamos algunas charlas por las tardes y durante las comidas, haciendo que fuera menos tenso el ambiente. 

Desde que habíamos vuelto a la ciudad, nos mandábamos mensajes de vez en cuando, pero no era lo mismo y ambos lo notábamos. Podía decir que, por el tiempo en que la leyenda de "escribiendo" aparecía cada vez que contestaba mis mensajes, él pensaba cada una de las palabras que me escribía, y había notado lo rápido que podía escribir cuando lo observaba trabajar. 

Dejarlo había sido lo más duro que había tenido que hacer en toda mi vida. Incluso ahora, que había pasado un año, aún dolía no verlo al despertar o no sentir sus brazos a mi alrededor cuando estaba cepillando mi cabello o mirando por una ventana. Sin embargo había sido necesario para crecer, entender mi verdadero propósito en la vida y ordenarla, ahora solo era Anastasia, la dueña del resturante que estaba en la zona comercial y también la jefa que pocos tenían la suerte de conocer dentro de la mafia. Había cambiado mi estrategia, alejado a los Taylor del negocio, a pesar de que seguía pidiendo sus consejos de vez en cuando, cambié a mis personas de confianza y me encargué que  sus secretos murieran con ellos, incluso había prescindido de William, quien finalmente había perdido de vista el límite entre enamorado y empleado, ganándose el lugar más reciente en mi lista de muertes, aunque técnicamente no había sido la que había disparado.

Mi teléfono sonó con dos mensajes seguidos y sonreí al notar que eran de Christian. Pero esta vez tendría que esperar a que llevara mi pedido al auto, porque estaba segura de que sería difícil maniobrar para responder si tenía las manos ocupadas sosteniendo dos bolsas con hamburguesas y papas fritas. 

*Mira quien acaba de llegar a la ciudad.* 

Decía el mensaje y adjuntaba una foto del precioso Aiden, quien se veía muy gordito y bastante cambiado a como recordaba que estaba cuando dejamos la isla. 

*¿Cómo es que no sabía que llegaron?*

Tecleé mientras daba un sorbo a mi bebida llena de gas y cafeína. Estaba en el estacionamiento y pensé que tomar un poco mientras miraba a mi tierno ahijado sonreír mientras era sostenido por su tío. 

*Fue una sorpresa ¿Te unes?*

Lo medité un momento, podría cambiar mi noche solitaria en mi departamento, comiendo comida chatarra y viendo algunos documentos y finanzas de mis negocios. Sonaba completamente aburrido si tenía que comparar con la idea de compartir con mi bebé, mi mejor amiga y el hombre que aún rondaba por mi cabeza y mi corazón. La decisión estaba clara incluso antes de que terminara de encender el auto. 

*Pon un plato más en la mesa.*

Debo admitir que fue la noche más divertida en mucho tiempo. Violet cumplía con su parte del trato al permitir que Elliot viera a su hijo por primera vez, lo haría por medio de Christian quien estaba demasiado emocionado enseñando a Dante como era su ahijado como para notar que me había pasado demasiado tiempo mirándole, la que si se dio cuenta fue mi amiga. 

¿Vivirías por mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora