Parte 19

791 112 13
                                    

*¡Últimos dos capítulos y epílogo!*

(Si les gusta la idea puede que haga algunos capítulos extras al final)

Llegar a casa se sintió extraño. Los vecinos hacías sus vidas tranquilas y aburridas disfrutando de la tarde soleada, caminaban por las calles y veredas del vecindario mientras los pasábamos apenas por debajo de la velocidad permitida. Los vi con envidia, deseando que mi vida fuera tan normal y aburrida como la del hombre que paseaba a su perro ociosamente, o tal vez como la mujer que estaba sentada en el porche y viendo jugar a los niños en la casa de al lado. 

- Tengo que mantener a estas personas a salvo.- murmuré para mi. 

El auto se detuvo en nuestro garage, pero sin entrar, necesitábamos una salida rápida y tener que abrir una puerta que se movería demasiado lento. Christian suspiró y luego salió del auto, haciendo el camino rápidamente antes de que terminara de abrir mi puerta. Sostuvo mi mano para ayudarme a bajar y nos detuvimos un momento frente a frente. 

- Ten cuidado ¿Si?- dijo acariciando mi mejilla con uno de sus dedos. 

- Lo mismo tu.- contesté. 

Nuestro momento fue interrumpido por la pelota de unos niños que cayó chocando en nuestros pies y la adorable voz de una niña. 

- ¿Eres una princesa?- preguntó una pequeña niña que apenas si llegaba a la altura de mi cadera. Su rostro de querubín mostraba sorpresa por nuestros atuendos. 

- Ella no lo es. Es una reina, solo que no se ha puesto su corona hoy.- dijo Christian agachándose y tomando la pelota de plástico mientras hablaba con una voz suave. - ¿Es bonita verdad?- 

La niña me miró y después de meterse un dedo en la boca y pensarlo mejor, pareció estar de acuerdo, porque nos dio una gran sonrisa a la que le faltaba un diente. Asintió y aceptó la pelota que él le tendía mientras parecía indecisa si preguntar o no algo. 

- ¿Tu eres un príncipe o un rey?- cuestionó intentando averiguar que papel jugaba él.

- Creo que tendremos que preguntarle a la reina ¿Qué te parece?- dijo en tono conspirador y ambos me miraron. Ella con emoción y él con algo que no pude identificar. 

- Creo que el también será rey algún día. Por ahora es un príncipe.- contesté sonriendo e imaginando que tal vez podría ser así cuando se resolviera toda la mierda. 

- ¡Sunny! ¿Encontraste la pelota?- dijo otro niño corriendo hacia nosotros. 

- Adiós.- gritó Sunny corriendo hacia el pequeño que la había buscado y rompiendo el encanto en el que nos había metido con su dulce presencia. 

Parpadeé por el golpe de sentirme una vez más en declive y al notar la mano de Christian tirar de mi brazo, forcé a mis pies a dar los pasos necesarios para ir hacia la puerta y entrar de una vez por todas.

Lo primero que hice fue activar la alarma y luego corrimos hacia nuestro dormitorio para cambiarnos a por algo más cómodo. Solté las trabas que mantenían mi cabello en orden y me lo recogí con una liga para estar preparada, luego desabroché el vestido y lo dejé siendo un remolino de tela en el suelo mientras buscaba unos jeans y una sudadera. Christian se quitó la chaqueta del traje y eliminó los gemelos, optando por doblar sus mangas hasta los codos. 

El sensor de movimiento del porche sonó y ambos detuvimos lo que estábamos haciendo. Teníamos una pantalla en la habitación, desde donde podíamos controlar las cámaras de seguridad, una sugerencia oportuna de la seguridad de Christian. Me acerqué para ver quien era y en eso escuché que se activaba la de nuestro patio trasero. Nos estaban rodeando, pero lo que mas me preocupaba era que en la entrada estaban esperando unos vecinos y no podían ser más inoportunos. Sonó el timbre y tomé la delantera para atender porque quería despacharlos cuanto antes.

¿Vivirías por mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora