EPÍLOGO

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POV Christian

Después de haberla cagado monumentalmente al mentirle a Ana, estuve en la deriva mental. Muchas cosas malas pasaron mientras intentaba de arreglar cada problema y había terminado siendo obligado a tomar unas vacaciones para recomponerme luego de que me desmayara en una reunión informativa porque llevaba días sin dormir más que una o dos horas de manera intermitente, sobreviviendo a base de café y barras de cereal. Ni siquiera quería pensar en todo lo que había hecho por ella, para que no la persiguieran o que su foto apareciera entre la lista de personas a ser buscadas. Y aún así no había sido suficiente para que se quedara a mi lado. 

Le di y me di tiempo antes de intentar buscarla de nuevo. Esperé hasta que terminaron los procesos contra mi padre, Elliot resolvió el problema que habían generado nuestras madres y ahora se había dedicado a acompañarme en mi depresión mientras intentaba volver a dar con ella. Fui un hermano horrible en todo este tiempo, me descuidé de sus sentimientos hasta que me golpeó, literalmente, y me hizo reaccionar. Él estaba siendo un padre a la distancia, y yo solo había estado en mi propio universo. 

Hable algunas veces con Violet, primero para intentar conseguir información de Ana, pero luego me concentré realmente en ella y el bebé que estaba teniendo. Sería el padrino, porque estaba segura de que me debía la vida, a pesar de que constantemente le recordaba que era un idiota que había tenido la mala suerte de involucrarla inconcientemente. 

- En realidad si eres un idiota mentiroso, pero amas a mi mejor amiga y me cuidas a la distancia, cuidas de tu sobrino.- dijo en una de nuestras llamadas. 

- No soy yo Violet... es Elliot.- intenté mentir. 

- Elliot nunca me enviaría flores o regalos para el bebé que fueran tiernos. Él solo se asegura que sepa que es lo más caro que puede conseguir, sigue siendo un idiota y le detesto el ochenta por ciento de mi tiempo.- declaró y sonreí por su manera de ser. 

- ¿Y que hay del otro veinte por ciento?- pregunté con un mejor humor del que cargaba antes de su llamada. 

- Lo tolero porque comparte ADN con mi hijo. - contestó haciéndonos reír. - Christian...- 

- No hablemos de ella hoy.- pedí reconociendo el tono de voz que usualmente ponía cuando hablábamos de Anastasia. 

- Sabes que la verás en unas semanas, cuando nazca el bebé.- dijo sin hacer caso a mi pedido. - Tienes que resolverlo, ambos son los padrinos y van a tener que trabajar juntos por un largo tiempo.- 

- Lo se... solo que hoy no quiero pensar en esto. Necesito un descanso.- murmuré mirando hacia el departamento de enfrente de mi edificio, donde sabía que vivía desde hacía tres semanas exactamente.

- Está bien, solo prepárate porque este niño dudo que espere a cumplir el tiempo que corresponde, estoy enorme.- dijo volviendo a la base de nuestra conversación. 

- Te ves bien y estás saludable, no se puede pedir más que salud para mi sobrino y que cuando sea el momento todo salga bien.- sonreí pensando que ese bebé era probablemente lo mejor que había surgido de todos estos problemas. 

Este era el tipo de conversaciones que mantenía con la madre de mi sobrino y nueva amiga. Ella había insistido en que fuéramos más cercanos y ofreció toda la ayuda posible para intentar arreglar mi relación con Ana, pero cuando le dije que lo habíamos dejado se limitó a insistir un poco más y luego aclarar que nos consideraba a ambos como sus salvadores y que aquello nunca lo olvidaría, por lo que nos convirtió en los padrinos de su bebé y nos hizo prometer que estaríamos para acompañarla en el parto. Demás está decir que aclaré al segundo en que lo pidió, que no podría entrar con ella ni sostenerle la mano, era un límite para mi. 

¿Vivirías por mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora