Prólogo.

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"Es con el corazón como vemos correctamente; lo esencial es invisible a los ojos" ( Antoine de Saint- Exupery,1943)

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Un carro de mudanza era la principal atracción en aquel vecindario de la manada Gwangju, los niños corrían de un lado a otro y miraban con asombró a los trabajadores que se dedicaban a bajar todas las pertenencias de la familia Choi, la nueva familia que se incorporaba a la manada y que sería la mano derecha de la familia Im, los líderes de aquellas tierras.

Im Jaebum, el más pequeño de la familia conformada sólo por Alfas, a excepción de la madre, se dedicaban a caminar por el patio trasero de la casa después de haber sido dejado de lado en la conversación de adultos que llevaban sus padres con los señores extraños, nombre que le había colocado el pequeño pelinegro a los señores Choi.

Estaba tan concentrado en ver el pasto verde y en expresar su molestia mediante malas palabras que le había enseñado su hermano Mark, que no se dio cuenta de la pequeña que lo miraba desde el otro estremo del patio trasero y tampoco pudo percatarse del pequeño niño que se encontraba delante suyo, para ser más exactos: debajo del gran árbol del jardín, sentado y posiblemente durmiendo o tal vez, sólo descansando del día tan ajetreado que habían tenido el y su familia.

- ¡Mierda!- gritó el niño de seis años al caer de manera sorprendente al suelo por culpa de una roca pequeña.

- Deberías ver por donde vas - Dijo una voz suave y delicada, extendiendo la mano al pequeño pelinegro - ¡Hey! ¿Tomaras mi mano? - se quejó el peli-rubio al no recibir nada más que una mirada gélida del desconocido que había interrumpido en su patio y que a la vez, había interrumpido su momento de reflexión.

Jaebum alzó su mano, pero no fue para aceptar la ayuda, al contrario, fue para apartarlo de un zape y empujar al otro niño, haciéndolo caer y provocando un sonido sordo cuando el trasero de este último tocó la tierra.

-N- no ne- necesito t- tu ayuda, eres un mocoso tonto- aseguró el pelinegro, queriendo parecer fuerte, aunque por dentro quería llorar e ir a refugiarse en los brazos de mami.

El peli-rubio miro a ambos lados y optó por levantarse sólo, para luego encontrarse de hombros y marcharse del lugar como si nada hubiera ocurrido, dejando a su vez, sólo a Jaebum.

- O- oye. .- murmuró el pelinegro, señalando al otro niño que se marchaba. - ¡OYE! ¡Es una falta de respeto dejarme hablado sólo!- el peli-rubio o no le hizo casi y continuo con su camino.- Mocoso imbécil - murmuró Jaebum con tal odio en sus palabras. Pero no estamos hablando del odio verdadero, claro que no, sólo hablamos de ese odio que se juran tener los niños, esos que mágicamente aparecen cuando un hermanito viene en camino o cuando discuten con algunos de tus familiares.

- No deberías hablar asi - dijo una voz detrás suyo.

Jaebum no tardo en girar, mas por el susto que por otra razón y ver a una niña de cabello rubio, al igual que el niño que lo había dejado hace unos minutos atrás, y con unos ojos muy bonitos.

-¡Eso a ti no te incumbe!- gritó el pelinegro.

La niña lo miro por unos momentos y sonrió.

- Mi nombre es Rose- la pequeña extendió su mano, esperando un saludo de parte de su contrario, al menos por educación. Sin embargo, Jaebum no tomo la mano de la que se había llamar rose y en vez de aquello, le escupió.

- ¡Imbécil! - gritó el pequeño hijo de la manada.

La pequeña miro su mano, que tenía restos de baba, y no tardo en reír. El niño, en cambio, no entendió su sentido del humor, pues generalmente todas las niñas corrían al momento que el y sus escupitajos habían acto de presencia.

- Mi hermanito Youngjae hace lo mismo, puedo asegurar que tienen la misma edad o puede ser que tu seas menor.

El pelinegro abrió sus ojos en par y con la ira dentro de su cuerpo, empujo con todas sus fuerzas a la niña, provocando que está se cayera sin tener oportunidad de responder.

- ¡Eres una tonta y . . . y fea! ¡Incluso el niño de antes es más bonito que tu! - gritó el pequeño Alfa antes de dar media vuelta y emprender camino hacia su casa.

Rose se quedó observando a ese pequeño por un largo rato y finalmente no dejó de sonreír al pensar que aquel pelinegro había admitido inconsintemente que su hermanito Youngjae le gustaba, literalmente no lo dijo, pero si admitió que le parecía lindo.

- Serás un buen cuñado- se dijo la pequeña antes de colocarse de pie.

You're Not For Me || 2Jae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora