Capitulo 32

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Fuimos jóvenes, teníamos miedo, pero podíamos hacerlo.

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Los días siguientes no fueron los mejores para Jaebum, se sentía peor que antes, no miraba a su pareja, particularmente se iba demasiado temprano de casa para no tener que darle un "Buenos dias" a Youngjae y llegaba a tan altas horas de la noche que lo único que podía observar era el cuerpo dormido del menor. No quería sonar mal, pero prefería aislarse a tener que enfrentar la realidad, aquella en la que Jae le diría mediante una cena que iban a ser padres y es que el Omega estaba emocionado, demasiado para su gusto.

Era cierto que al principio estaba muy asustado, realmente lo estaba, no sabía como o que hacer con unos cachorros, pero después de analizarlo bien, se dio cuenta que había muchas cosas que aprender y que tendría que enseñarle a sus hijos y pensaba inocentemente que su esposo estaría ahí, tanto para apoyarlo, ayudarlo y nunca dejarlo caer cuando se sienta estresado. La union entre el lobo Omega y el lobo Alfa era muy fuerte, más tenían que reforzar vínculos en la parte humana.

- Ya no deberías esforzarte mucho- le sugirió su cuñada. Yeji miraba desde el umbral de la puerta a su cuñadito, este no dejaba de ver la hora en su móvil para así retirar el pastel, que con ayuda de la señora Im, había preparado para Jaebum. Era el pastel favorito del Alfa.

- Se que no debo, pero no puedo evitarlo. Hoy es el día y tengo que hacérselo saber de una bonita forma que pueda recordar- el Omega sonrió y al volver a mirar su móvil salio corriendo hasta el horno, abriendo este rápidamente para retirar el pastel de su interior.

Era un excelente pastel de chocolate, incluso Yeji trato de probarlo, pero Youngjae no se lo permitió. La chica Alfa se hizo la ofendida y salió de la cocina diciendo que de seguro el postre estaba feo, una clara mentira, pues lo único que trataba de hacer la cuñada del Omega era esconderse la decepción y resentimiento al ver que no le permitió probar del pastel.

Youngjae negó y rio al ver a Yeji y su forma tan infantil de defenderse. Aquella chica nunca cambiaria.

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El Omega ya se encontraba en pijama, hace media hora se había cambiado de ropa y pensaba esperar a Jaebum de una manera más comoda, por eso lo hizo, pero en esos momentos sólo pensó que había hecho mal, pues sus ojos se cerraban por momentos y el estar tan abrigado no ayudaba en nada.

El pastel que había preparado horas atrás ya parecía estar más frío de lo que debería estar, y la prueba de embarazo en sus manos estaba algo húmeda por el sudor de las manos del Omega, realmente se sentía nervioso, jamás había dado una noticia tan importante como aquella, en realidad, jamás había dado una noticia a alguien en toda su vida. Pero no se iba a rendir, sus ojos se iban a mantener abiertos como a de lugar, y entonces su mente hizo un "click"; era pocas las veces en las que había tomado café y casi nunca lo había, pero esta vez si era necesario tener algo de cafeína en las venas, por lo tanto, el Omega ya se iba colocando de pie para ir en dirección a la cocina.

Todo estaba planeado, estaba totalmente calculado, sin embargo, cuando el chico de cabellos rubios pensaba encender la hornilla, la puerta sonó. Rápidamente apago todo y corrió hasta el comedor, en donde la luz seguía encendida y en donde jabuem yacía viendo el pastel.

-Ho-Hola...- murmuró el Omega, sonriendo nervioso y escondiendo aún más la prueba, aquella que nisiquiera estaba a la vista del Alfa y que no le tomaba mucha importancia.

-¿Mamá horneo mi pastel favorito? - pregunto el mayor, observando con deseo el postre que yacía en el centro de la mesa.

Youngjae sonrió al ver que Jaebum no había diferenciado entre su postre y el que hacia su suegra.

-E-en re-realidad lo... lo hice yo.- tartamudeo el menor.

Jaebum miro a su esposo con asombró, aquel pastel tenía todas las características del pastel que hacia su madre, no obstante, decidió quedarse callado y caminar hasta una de las sillas y sentarse en esta, tomando el cuchillo entre manos para cortar una tajada del delicioso postre.

- Se ve que tienes hambre- se burló el Omega. Im sonrió con la boca llena y asintió. Y fue entonces que Youngjae vio la menor oportunidad para decírselo.

-Y-yo quiero decirte algo, Jaebum- y está vez no tartamudeo, sólo lo dijo directamente, incluso su sonrisa ya estaba dibujada en su rostro.

El mencionado dejó de comer y miro a su esposo, este tenía un brillo especial en sus ojos y no dejaba de mover algún objeto entre sus manos. El temor del Alfa aumento, ya suponía lo que iba a venir.

- Yo... Tu... Bueno, nosotros...- Youngjae sabía que estaba dándole muchas vueltas al asunto, así que ya no procuro aburrir mucho a su pareja y lo hizo.

Dejo el test de embarazo en la mesa, justo al lado del plato de pastel.

Jaebum casi se atraganta con los restos de comida que aún mantenía en su boca y no tardo en toser y levantarse de la mesa para correr hasta la cocina y así tomar un poco de agua. Jae lo siguió y comenzó a acariciar la espalda de su esposo al ver que seguía tosiendo.

-L-lo siento tanto, Jaebum... Yo no quería sorprenderte de esta manera... enserio lo siento, amor.

Las palabras salió por sí sola y el mencionado se quedó callado al escucharlo. ¡Diablos! Todo se estaba yendo fuera de sus manos.

-¿E-estas esperando...?- ni mencionarlo podía y es que con la sola idea de cargar un bebé, de siquiera verlo a través del ultrasonido, el Alfa se llenaba de terror.

- Si... Yo juro que... que no fue algo que hayamos buscado, se que debimos utilizar protección, pero mi celo llegó de la nada y... y todo...- Jaebum sólo bajo la mirada y Youngjae creyó que lo había perdido, el vínculo no desprendía felicidad, en realidad no podía sentir nada. Ya estaba temiendo lo peor, cuando el Alfa se abalanzó y lo abrazo con mucha fuerza. El Omega no sabía como responder aquello, pero de a poco comenzó a hacerlo, alzando sus brazos para rodear a su esposo.

-Gracias- pronunció apenas en un susurró quel chico de cabellos rubios. Su esposo lo estaba aceptando, estaba aceptando a los bebés, y aunque para unos suene algo exagerando el agradecimiento de Jae, este no lo veía asi, pues su relación con Jaebum nunca fue de la mejor y con el simple hecho de quererlos, el ya se sentía feliz. En cambio, el Alfa sólo se separó cuando vio que era suficiente la muestra de afecto.

-Gracias...- quería decir que le agradecía tanto, incluso por convertirlo en padre, pero su boca no logró moverse más, sus pies si.

El Omega se quedó sólo en la cocina, tomo el test de embarazo y no dejó de sonreír en ningún momento.

Había pensado tantas cosas sobre este momento, tantas posibilidades en las que Jaebum lo rechazaba y también a sus cachorros, incluso se había visto muriendo sólo por quel rechazó, no obstante, todo había salido diferente a lo que en alguna oportunidad había pensado.

Aquella noche Youngjae logró dormir bien, logró imaginarse muchas cosas, crear momentos que aún no sucedían, pero que el tenía la seguridad de que en algún momento si ocurrirían. Pero siempre dicen que no es bueno planear con anticipación o crearte falsas ilusiones, pues al momento de descubrir la verdad todo se vuelve más doloroso y la desilusión acompaña a la desconfianza, aquel tipo de desconfianza que puede terminar con cualquier relación, incluso con la más fuerte.

- Yo no quería esto...- susurró el de cabellos oscuros, acariciando levemente el rostro de su esposo. Y es que nadie madura lo suficiente como para ser padre, mucho menos un chico que sigue pensando que aún no acepta sus sentimientos por completo.

You're Not For Me || 2Jae ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora