You're Not For Me || 2Jae ||

Capitulo 37

Y ya no quería. No. Ya no podía aguantar más.

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-¿Cuando piensas traerlo?

Jackson sólo continuo escribiendo, tomándole poca importancia al asunto o al hecho de que su padre le estaba hablando.

- Jackson Wang, te estoy hablando. ¡Tienes que hacerme caso!- un gritó del señor Wang y un sólo toque bastó para que el Alfa, que próximamente cumpliera 18 años, apartara la mano que lo interrumpía en ese momento y se levantará bruscamente de su escritorio - ¿Que mierda te sucede?- gritó el Alfa mayor de aquella casa.

El menor miro a su padre, lo reto con la mirada, pero al parecer, este no le temia, y en vez de intimidarse, sólo avanzó y fruncio su ceño al coger con fuerza la camisa de su hijo.

-¡Ya vamos por un tercer mes desde que te dije que te hicieras amiguito de ese Omega inútil! ¡Sigo esperando y lo único que haces es escribir como un idiota enamorado!

Jackson rio y empujo a su padre lejos de su alcance.

-¡No me vuelvas a tocar de esa forma!- gritó por igual manera, tratando de defenderse- ¡Yo sabré cuando cumpliré con mi estúpida misión!-

El padre del chico sólo observó con recelo a su hijo. Habían quedado en algo y ahora se veían discutiendo cuando en realidad su primera idea era solamente ganar dinero, tierra y algo de poder.

- Muy bien, Jackson, no quieres que te toque...- el señor Wang nuevamente se acercó, tocando ligeramente con su dedo índice la camisa de su primogénito con burla- entonces cumple con lo prometido y no me defraudes en el camino, porque ten por seguro que tus estúpidos escritos de amor no te salvaran-

El padre del chico tomo la pequeña hoja que se encontraba en el escritorio y sin dudarlo, lo arrugo para luego lanzarlo al suelo y pisarlo al momento de irse.

Jackson solo observó la pequeña hoja en el suelo, esa hoja en la que estaba expuesta la mayoría de sus sentimientos y al ya no tener a nadie al frente suyo, se arrodilló para recoger el "insignificante" trozo de papel arrugado y tratar de recuperar o entender algunas de sus palabras.

-Mierda- maldijo por lo bajo al ver que ya nada servía en absoluto.

El Alfa menor arrojó el papel al pequeño tacho de basura de su habitación y golpeó su frente ligeramente. Todo había empezado bien, su padre estaba feliz con el trato, el también lo estaba, pues obtendría a la persona que querría, sin embargo, todo se había ido de sus manos. El tiempo se acababa, la guerra iba a llegar y lo prometido tenía que ser cumplido.

El chico de cabellos negros no sabía que hacer, se encontraba en callejón sin salida. Tenía que ser más cauteloso ante lo que quería, tenía que obtenerlo, pues si el no lograba quitárselo, la guerra en definitiva lo haría, pero no se lo entregaría a nadie.

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La mañana siguiente fue igual, su padre lo levantó y lo llevo a entrenar a lo más profundo del bosque, alejados de todo lobo de la amanda.

El chico ya estaba acostumbrado a todo tipo de golpes o maltratos al momento de pelear con su padre, sin embargo, está vez el mayor fue un poco más brusco y Jackson ya suponía el porque.