༄ 𝐓𝐫𝐞𝐭𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐭𝐞𝐥

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Anna nadaba rápido, necesitaba salir de allí lo antes posible.  Miraba su hombro, verificando que ninguno de los guardias reales la estuviera persiguiendo o alguna criatura que quisiera ganarse alguna recompensa por llevarla ante el rey. Había sido un error haber ido, ser descuidada y no pensar las consecuencias. Se maldecía por aceptar todo eso, pudo hacerse alejado de Elsa y no haberse metido en aquel enorme problema. Era una pirata y Elsa una sirena, princesa de un reino que la estaba persiguiendo por algo que su abuelo había causado.

Necesitaba regresar a la orilla, respirar y controlar su corazón que estaba a punto de salir de su pecho por todo. La adrenalina que sentía era demasiada, nadando tan rápido por el océano y tratando de esconderse de los guardias que se encontraba persiguiéndola sin cansancio. Escondiéndose detrás de unos arrecifes de coral, llevando una mano a su pecho. Su corazón seguía latiendo, demasiado fuerte. Sus pulmones dolían demasiado por toda la actividad. Trago pesado, mirando a todos los lados para verificar estar sola. Al estarlo, salió de su pequeño escondite y nadar rápidamente hacia la superficie. Sacó su cabeza y respiró profundo.

Estaba a metros de la costa, logrando notar los barcos arribando en el muelle de Arendelle. Volvió a sumergirse y nadando lo más rápido que su aleta podía en esos momentos. Sentía la presión en su pecho, su garganta comenzaba a arderle por todo. Y finalmente llegó. Volvió a sacar la cabeza, notando la falta de presencia de su compañero de aventuras, ni siquiera estaba su ropa y eso la sorprendió. ¿Dónde estaba Kristoff? ¿Por qué no estaba ahí? Quizás fue por algo de comer, Kristoff siempre tenía hambre, a toda hora y jamás parecía satisfecho. Podía ser eso.

Miraba a todos lados, movía su aleta y brazos para mantenerse a flote y comenzaba a cansarse. Suspiró, acercándose hasta la orilla donde podía recostarse en la arena mientras esperaba a Kristoff. Quería respirar, pensar y analizar. Anna comenzaba a preguntarse porque Elsa no cantó para asesinarla o porque ella no arrojó su espada directo al corazón de la sirena para acabar con su vida y volverse alguien reconocido en toda la isla. Pero de algo estaba segura, fue la mejor decisión de su vida. Elsa la ayudo. Demasiado. Gracias a Elsa perdió su miedo, conoció el mundo submarino y estaba sorprendida de eso. Solo que... debió decírselo antes. Podría haberse ahorrado todo eso, ¿Verdad? Quizás Elsa seguirá con ella a pesar de todo porque, después de todo, Anna no era como su abuelo o padres. Ella era diferente, claro que quería ser conocida por sus grandes hazañas, pero no hazañas tan crueles como su familia había hecho.

A lo lejos, descansando debajo de una palmera, Moana se encontraba dormida. Sus manos detrás de su cabeza, el sombrero que, quizás, había robado, cubriendo su rostro y una pierna estaba sobre la otra. Anna se incorporó, regresando al agua para pensar como poder llamar la atención de la castaña sin salir. Era una sirena todavía y salir del agua sería un camino directo a la muerte, o eso creía. Se sumergió, rebuscando algo para lanzarle, ya que gritar no estaba en ninguna de sus opciones. Encontrando una caracola vacía, Anna la tomó y revisó. Saliendo y sacudiendo un poco su cabello, la pirata lanzó, con todas sus fuerzas. Lo hizo, Moana despertó.

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Elsa todavía pensaba que había sucedido, cómo Anna le pudo haber mentido de aquella forma. Todas las historias de piratas que había oído, la gran historia de Ragnar y su descendencia era la que más se iba repitiendo en su vida, ya que era de las pocas que Elsa llegaba a interesarle, preguntando porque hizo aquello o porque la marca era tan importante. La escena se repetía una y otra y otra y otra vez en su cabeza. El nerviosismo de Anna cuando su padre le extendió aquel pañuelo que cubría la supuesta herida que, al final, se trataba de aquella marca; la expresión de su padre al descubrir la verdad; Anna huyendo y siendo perseguida por algunos guardias.

Hᴀᴠғʀᴜᴇ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora