༄ 𝐀𝐭𝐭𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐭𝐞𝐥

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– Mierda. – gruñó Anna, incorporándose para tomar la mano de Elsa y comenzar a correr lejos.– ¡Corre!

Anna sujetó la mano de la sirena, obligándola a correr lejos de los árboles, tratando de esconderse lo mejor posible y no ser atrapadas por la tripulación de Hans. Elsa intentaba seguir el paso, rogando no tropezar por las raíces que sobresalían del suelo o las piedras, tampoco deseaba caer a causa de un tronco viejo que estaba caído. Anna siempre miraba sobre su hombro, verificando que nadie las estuviera siguiendo porque estaban en desventaja al ser dos y tener que enfrentarse a diez hombres que le doblaban en fuerza y tamaño. No quería que algo le sucediera a Elsa, tampoco a ella, pero prefería mantener a la sirena a salvo de aquellas personas.

La heredera al trono de Freylea se detuvo, empujándola contra uno de los árboles y colocando una mano sobre los labios de la pirata. Anna intentaba entender que sucedía, mirando a todos los lados y encontrándose rodeada de flora. Apenas podía escuchar los gritos de la tripulación de Hans, aquella que la hacía verse en la obligación de volver a correr, pero Elsa la tenía acorralada contra aquel alto árbol. La platino hizo un gesto con su dedo, diciéndole que guardara silencio aun cuando tenia la mano sobre sus labios.

Algo crujió arriba de ellas, Anna alzo la cabeza para ver a Esmeralda haciendo gestos de que subieras. Elsa se negó a ello, moviendo su cabeza para indicarle que siguieran sin ellas dos, parecía tener un plan porque la azabache sonrío, asintiendo y siguiendo su camino entre las ramas. Anna logró sacar la mano de la sirena para susurrar que estaba pasando, solo que Elsa regresó su mano y la hizo mirar hacia atrás, allí estaba la tripulación y más arriba estaba su tripulación. Diez contra nueve. Uno menos, pero tenía fe que ellos podrían y les darían tiempo.

– ¿Qué piensas hacer? – susurró la pirata con preocupación.

– ¿Escuchas eso? Suena como agua.

– El océano esta...

– No. Suena como si fuera una cascada.

Anna levantó una ceja, notando como la platinada trataba de verificar si podían salir de allí para encontrar aquella cascada que debía estar cerca. Elsa sujetó su mano para obligarla a correr, dándole a entender que fuera agachada para no ser vistas y que las hojas pudieran camuflarlas un poco. Debían pasar desapercibidas y, si el pequeño plan que Elsa planeó no fallaba, aquella cascada estaría conectada con el océano, lo que las llevaría hacia el barco de Hans donde podrían liberar a su familia.

Elsa corría delante suyo, siendo ella quien guiaba y sujetaba su mano para no perderla en su camino. Podían escuchar aquel sonido del agua cayendo cada vez más cerca, metro tras metro, se volvía más fuerte. La sirena sonrió, permitiendo que Anna fuera quien guiara el camino hasta la cascada. Sus pasos se volvían más rápidos, escuchando el crujir de las ramas y hojas debajo de sus botas. Miró sobre su hombro, notando a lo lejos a dos de los piratas que estaban del lado de Hans.

Tanto Elsa como Anna podía escuchar los gritos que aquellos dos hombres soltaban al seguirlas. La sirena sentía su corazón latiendo más rápido, por la actividad y adrenalina que estaba sintiendo en aquel momento. Veía a los piratas acercándose, poco a poco y asustándola. La pirata se encontraba más concentrada en lo que había más delante de ellas. Se podía apreciar la caída, la línea donde el cielo y el mar se tocaban. Casi no lo pensó, sujetó con mayor fuerza la mano de la princesa y, sin advertencia previa, saltó al vacío. Elsa fue llevada con ella, soltando un fuerte grito antes de ser envueltas por las saladas aguas del océano. Sintió la presencia de su aleta y logró respirar bajo el agua, tratando de mantener a Anna aun hundida para que aquellos sujetos se alejaran, solo que nadaron detrás de la cascada para que la pirata pudiera respirar.

Hᴀᴠғʀᴜᴇ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora