༄ 𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞 ☠

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El cielo se había nublado, la marea comenzó a volver más violenta y una fuerte tormenta los atacaría en cualquier momento. El navío se movía bruscamente a cada minuto, las dos tripulaciones se tambaleaban. Anna se volteó cuando escuchó la voz suplicante de Elsa. John la había atrapado cuando todos se distrajeron. Sujetándola de la cintura e inmovilizando sus brazo, el filo de la espada estaba a pocos centímetros del cuello de la sirena y el tiempo había comenzado a correr. Anna sabía que debía pensar algo, ser rápida y eficaz para no perder a la sirena. Tratando de mantener la atención de John y Elsa sobre ella, la pirata dejó caer su espada y colocar sus manos detrás de su cabeza.

- Me rindo – habló, manteniendo la mirada fija en Elsa. Quizás convencerlo era lo mejor, darle una buena razón a John por la que debía soltar a la albina. Miró a su alrededor, pensando que hacer ahora. Con un pequeño gesto de manos, su tripulación bajo las armas y dio un paso hacia atrás. John estaba observando todo. – Te daré lo que sea, pero suéltala.

El tono de voz de Anna era de súplica, tratando de convencer al pirata de soltar a la sirena que parecía estar esperando tener un poco de ventaja para salir ilesa de eso. Elsa cerró los puños, tragando pesado y mirando de reojo a su hermana menor, Rapunzel se encontraba completamente quieta. Nadie sabía cómo reaccionar, la futura reina de Freylea podía morir en ese momento, un corte en su yugular y todo quedaría sobre los hombros de ella. Ryder estaba pegado a Kristoff, tratando de no cometer una locura para poder salvar a la sirena. La única que parecía estar pensando su próximo movimiento era la chica de pecas, observando cada pequeño centímetro del navío para hacer algo.

Anna dio un paso hacia adelante, tratando de hacerlo de forma lenta y que no causara que John se moviera lejos. Hans seguía en el suelo, recuperándose de todos los golpes que había recibido, tratando de mantenerse consciente. John hizo más presión en el cuerpo de la sirena, escuchándola jadear de dolor por eso y apoyando el filo de la hoja en su cuello. Elsa temblaba, podía morir en aquel momento y seria frente a los ojos de la pirata. Todo el mundo trataba de mantener la calma, Moana había empujado a Rapunzel hacia el estribor del barco luego de ver la mirada de su capitana. Anna tenía una idea que debía de llevarse a cabo de forma precisa y rápida, el tiempo era crucial ahora.

Cuando el barco se tambaleo de lado a lado y ambas tripulaciones casi caen al suelo, la segunda hija del rey saltó al agua. Nadie lo había notado, tampoco parecían interesados en eso. Un paso en falso de Anna y Elsa se quejó cuando el filo del arma se movió sobre su piel. John no bromeaba con matarla si la pirata hacía algo estúpido, por eso debía ser cuidadosa con todo. Moana estaba quieta, sujetándose de una soga mientras observaba el océano, se había calmado un poco, pero podría volver a ser tan violento que el navío terminaría por hundirse. Los segundos pasaban y nadie se movía, solo Hans que logró levantarse entre tambaleos por sentirse mareado. John no le quitó la vista de encima a su capitán, su mejor amigo y su confidente, esperando escucharlo hablar y acotar sus órdenes.

- Esperas que te diga que hacer, ¿No? – se burló Anna. La sonrisa en su rostro expresaba la diversión, se estaba burlando en la cara del pirata que no parecía reírse con eso. John presionó a Elsa contra su cuerpo, riéndose mientras la hoja de la espada bailaba a centímetros del cuello de la albina, estaba provocando a la pelirroja. – Vamos Hans, dile que tiene que hacer... Parece que jamás ha tomado una sola decisión en su corta y patética vida – escupió sin más.

John gruñó por eso, viendo como Hans lo observaba con burla y arrogancia. Hans siempre le había dicho a John que hacer, pero ahora no. Lo miraba con tantas emociones juntas que agobiaban al hombre de forma que giró a Elsa y se enfocó en la descendiente de Ragnar.

- La mataré – amenazó John, tensando el agarre en la espada y apoyándola sobre el cuello de la joven sirena. Anna levantó una ceja al oírlo, dando una corta risa que enfureció aún más al hombre. - ¡Lo haré, la mataré!

Hᴀᴠғʀᴜᴇ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora