༄ 𝐒𝐞𝐤𝐬𝐭𝐞𝐧 𝐊𝐚𝐩𝐢𝐭𝐭𝐞𝐥

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El barco había sido revisado para ver lo que necesitaba. Provisiones, municiones para cañones y las armas que Mérida había conseguido. Al tener todo listo, el ancla se elevó, las velas se alzaron y el barco se alejó del muelle sin tardar mucho. Kristoff estaba con Ryder al lado, quien preguntaba demasiadas cosas respecto al mundo humano y el rubio no dudaba en responderlas, riéndose con él y sonrojándose cuando lo encontraba sonriendo como sincera emoción en su rostro. Mientras ambos hablaban e intercambiaban opiniones, Moana le enseñaba a Rapunzel como hacer un buen nudo marinero. Mérida y Flynn se encontraban revisando los cañones y que todo estuviera en perfecto estado en caso de cruzarse con el barco de Hans.

Esmeralda ajustaba las velas junto a Aladdin y Elsa se encontraba en plena lucha de espadas con la capitana de Havfrue. Anna se había negado lo suficiente como para sentir la hoja de su espada en su cuello y notar la socarrona sonrisa en los labios de la platinada. Todo eso la llevó a sacar una de las espadas del barril, el cual DunBroch había robado de la taberna de Oaken. Ahora Anna se encontraba esquivando cada torpe ataque de Elsa, sujetándose de las sogas para poder ganar ventaje en lo que la platinada trataba de sacar la espada clava en la madera del barco.

Jim Hawkins estaba en la cofa, observando por el catalejo todo a su alrededor. No había mucho más que kilómetros y kilómetros de agua. Casi decide bajar ante los gritos de las dos chicas que no dejaban de asustar al resto con todo, los tropiezos de la platinada al intentar atrapar a Anna o las burlas de la misma capitana cuando veía a la princesa quedarse atrapada con la espada. Ryder y Rapunzel trataban de no reírse de la platinada, por el simple hecho de que ninguno quería recibir algún grito o, peor, que la espada fuera lanzada en su dirección.

Anna enredo su mano izquierda en una soga suelta, sujetando con fuerza la espada en la derecha. Apenas notó como Elsa corría a su ataque, tomó impulso para esquivarla con gracia. Quedó detrás de ella, pasando la espada por su cuello e inmovilizándola con su brazo izquierdo, tras quitar la soga. La escuchó quejarse, terminando por soltar su espada cuando comprendió que no podría salir de eso. La cobriza se rio, besando detrás de su oreja.

– Cuando esto suceda, procura no soltar tu arma. Pisa el pie de tu atacante para que te suelte y, cuando lo haga, te giras para golpearlo. ¿De acuerdo? – susurró lo suficientemente cerca del oído de Elsa como para hacerla suspirar y asentir.– Inténtalo.

Elsa tragó pesado, debatiéndose si realmente era necesario hacerle aquel daño a Anna. Casi permaneció inmóvil y sintiendo como el agarre en su cintura era aflojado ligeramente. Dando un suspiro, piso el pie izquierdo de Anna, quien chilló por la sorpresa de eso, creyendo que la sirena no lo haría. La soltó, al igual que su espada, para poder tomar su pie y quejarse mientras saltaba sobre el derecho. Podía escuchar las risas del resto de la tripulación y las disculpas de la sirena, tan asustada y tratando de ayudarla.

– ¡Lo siento, lo siento! ¿Estás bien? ¿Necesitas algo? Puedo conseguir lo que necesites, en serio. ¿Quieres sentarte? ¿Ir al camarote? ¿Puedes caminar? Oh por Poseidón... Si puedes caminar, ¿Verdad? Es decir, no te rompí el pie ¿O sí? ¿Anna? ¡Anna, ¿por qué te estas riendo?! ¡Hablo en serio! Estoy preocupada. ¡Deja de reírte!

Anna se sujeto del acollador para masajear su pie mientras se reía del puchero y sonrojado rostro de la sirena.

– Estoy bien, Els. En serio.– confesó, volviendo a incorporarse.– Solo que no te preocupes si lastimas a alguien, es la idea hacerlo, ¿Sí?

Elsa sintió su rostro arder en cuanto Anna beso la comisura de sus labios, dejándola observar el horizonte. Trago pesado, volteándose para encontrar a Flynn y Anna intercambiando algunas palabras para luego meterse dentro del interior del barco. Supuso que le enseñaría los cañones ya listos. Pero no.

Hᴀᴠғʀᴜᴇ | ElsannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora