Capítulo 31

449 47 3
                                    

Rubí

<<Para, por favor, no puedo más. Mátame ya>>

Rezaba mentalmente mientras otra oleada de dolor me sacudía. Había aprendido que el tiempo en la mazmorra era distinto al del mundo real. En el momento de las torturas, los segundos pasaban tan lentamente que casi parecía que el tiempo se hubiera detenido. Sin embargo, cuando perdía las fuerzas y ella paraba, me quedaba en el suelo mirando fijamente a la nada. Era entonces cuando el tiempo volaba, acelerándose como en una grabadora de vídeo.

Ya no pretendía escapar. Lo que quería es que terminara ese tormento. Desde luego que lo peor no era el dolor en sí, sino que ella fuera la causante. Cuando la miraba ya no podía ver a una amiga, ni a una aliada, solo al enemigo.

Nuestra relación se había resentido, pero no sabía si tanto como para causarme este sufrimiento. No dudaba que Morriguen la hubiera obligado de algún modo a hacerlo, aunque se encontraba bastante cómoda en el papel de torturadora.

Apenas podía contener mi oscuridad e incluso algunas veces contratacaban a las de Cassandra. Para Morriguen eso no era suficiente, quería que me vaciara del todo.

Vale, para. Esto está comenzando a ser absolutamente tedioso—ordenó Morriguen.

Cassandra cesó de inmediato, dándome un respiro. Tosí con fuerza. Una flema con sangre se deslizó por mi barbilla, a causa de la deshidratación parte de la garganta se me había llenado de heridas. La reina chasqueó los dedos para que me levantaran de la mesa. Las rodillas se me doblaron en cuanto toqué el suelo. No era capaz de sostenerme. Morriguen me agarró la cara con desprecio. Un gesto que me recordó al padre de Erick, el mismo que me había hecho antes de la fiesta, como si no fuera más que un trozo de carne. Ella me recordaba a él en muchas ocasiones.

—Llevadla arriba, dejad de se adecente antes de que vea el espectáculo tan especial que le tengo preparado.

En cuanto me soltó mi cabeza cedió hacia delante. Yo solo deseaba dormir hasta la siguiente sesión de torturas, ya no me asustaba nada de lo que pudiera hacerme, pero seguía molestándome que se empeñara en sorprenderme con nuevas y macabras formas de entretenerse conmigo. Nada más que otro juguete de su colección.

Los guardiane siguieron sus ordenes y me llevaron arrastras por las escaleras solo para volverme a meter en otra jodida habitación. El olor en esta era diferente llenaba mis pulmones y me hacía salivar de forma instintiva. La mesa del centro estaba cubierta por carnes, sopas e incluso varios dulces. No me lo pensé. Me abalancé hacia ella como el animal hambriento que era. No sabía donde encontrar cubiertos, pero tampoco es que los necesitara.

Estaba exquisito. Las salsas se resbalaban por mi barbilla, ensuciándome más de lo que ya lo estaba. Hacía siglos que no comía en condiciones, o al menos a mi me había parecido ese tiempo. Mi lado más salvaje y primitivo había salido para hacerse cargo de la situación. Dejé de comer cuando supe que si metía un solo gramo más lo vomitaría todo de golpe.

Con más tranquilidad, y la tripa llena, me fijé en el resto del dormitorio. Enfrente de la mesa había una cama enorme, con sábanas moradas y negras y una manta enorme en una esquina que se dejaba caer con gracia hacia el suelo. También había un armario de color marrón oscuro y una bañera enorme en una esquina. La miré con recelo. Necesitaba in baño con urgencia, sobre todo después de los días que había estado inmovilizada en esa mesa.

Toqué el agua. Estaba aún tibia. No era la situación perfecta, pero peor era no tener nada. A saber cuando volvería a tener una oportunidad como esa. Me quité la sabana con la que me habían tapado y la eché a un lado, lo más lejos que pude. Dentro de ella me puse a pensar en lo realmente fácil que podía ser anular a un ser humano. En poco tiempo, Morriguen había conseguido que me arrastrara por comida y un baño en condiciones, cosas que eran básicas. Aunque después de haberme orinado tantas veces por el miedo, ya nada me parecía excesivamente humillante.

Hielo o fuego [Saga Centenarios I.] ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora