XXIII

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Al día siguiente desperté un poco cansado, no me sentía con ganas de levantarme de la cama, incluso Wendy me regañó en cuanto vino a despertarme, casi me mata cuando le contesté:

"Tampoco iré a trabajar hoy"

Ella salió gritando como loca de mi habitación y yo continué acostado en la cama, la verdad es que mi cuerpo estaba débil, me dolían algunos extremos como si un camión me hubiera pasado por encima.

- Bueno, si tú no quieres levantarte, yo sí - Abrí un ojo con pereza y ella estaba delante mío enojada - Liberame.

Movió la mano que tenía esposada a la cama.

- No... - Susurre cubriéndome con la sábana hasta la cabeza.

- Quiero ir al baño, esto que haces es ilegal, me estás privando de mi libertad... ¡Natsu!

- ¡Mierda! - Me escogí al recibir su patada por debajo de las telas que nos cubrían.

- ¡Necesito ir al baño! - Gritó a los cuatro vientos.

- ¡Ok! - Busqué en la mesita de noche la llave de las esposas y se las quité.

Mariana se levantó y como dijo fue al baño. Por como estaba demorando supuse que decidió darse una ducha.

Salí de la habitación cerrando con llave y me dirigí a la de mi hija, mi pequeña que al entrar seguía dormida abrazando su muñeca. Me puse a su lado y peine su rebelde cabellera con mis dedos, besé su cabezita haciendo que despierte por el movimiento y sonrió.

- Papá...

- ¿Cómo amaneciste, amor?

- De maravilla... - Salió de las sábanas y me abrazó, yo la levanté en mis brazos y ella me regaló un beso en la mejilla - Te amo...

- Yo te amo más - Le devolví el beso.

- Señor, no sabía que estaba aquí - Nana ingresó - Yo venía para alistar a mi niña Luna ahora que tendrá su primer día de clases luego de todos estos meses que estuvo ausente.

- Entonces no las molesto más - Dejé a mi princesa en el piso - Espero que te portes muy bien - Luna asintió.

La dejé a solas con Nana y volví a mi habitación, cuando entré Mariana ya estaba vestida con unos pantalones negros y una polera suelta de tirantes que no molestaba su vientre.

- Tomaré un baño, no te muevas de aquí - Ella no respondió y entré a la ducha llevándome la llave de la puerta conmigo.

Me bañe con agua fría ya que mis músculos se relajaban mejor de esa forma. Una vez que acabé salí con un pantalón y una camisa de mangas cortas.

- Vamos a desayunar - Le ofrecí mi mano, pero ella la apartó de un manotazo - Entonces pediré que te traigan el desayuno a la habitación.

- No pienso comer nada - Me observó molesta - No pienso tragar ni siquiera un pedacito de chocolate para darte gusto.

- Mariana - La levanté agarrandola de los brazos - Nunca he dicho que estarás encerrada todo el día, yo no iré a trabajar y podemos aprovechar el día para salir al cine.

- Quiero volver a mi casa.

- Tu casa es ahora esta mansión del que soy dueño - Ella rodó los ojos - O mejor aún, ¿Por qué no vamos a comprar la cuna de nuestro bebé?

Ella desvió la mirada sin ponerme atención.

- ¡Papá tengo que irme y no me has dado mi beso de despedida! - Luna tocó la puerta - ¡Papá!

Retrocedi para abrir la puerta y Luna se quedó en su lugar, la observé, se veía muy hermosa con su uniforme escolar. Nana le había hecho una coleta alta y eso la hacía ver muy tierna. Me agache a su altura y me despedí de ella con un beso y un abrazo de papá oso.

- Te veo en la tarde.

- Si.

Nana llegó y se la llevó, hoy el chófer la llevaría al colegio ya que yo tenía que vigilar a cierta mujer problemática.

Toqué los hombros de Mariana y subí hasta su rostro, podía estar muy molesto con ella pero me seguía gustando como la primera vez que la vi, creo que soy masoquista.

- ¿No me ves?

- Si, y no me importa porque nunca les haría daño - Junté nuestros labios y ella respondió soltando un gemido cuando acaricie su espalda para sentir su cuerpo más cerca.

La dejé sobre la cama y me fui quitando la ropa ahora que nadie nos interrumpiría. La fui desnudando hasta no dejar nada que la cubriera. Debajo de las sábanas la comencé a tocar y besar, no solo en la boca, sino también en cada centímetro de su piel.

Mariana nunca se opuso, respondió a cada beso y manoseo con un gemido de placer, yo no pude sentirme más complacido por ello.

Tuve cuidado, fui delicado y la traté con amor para no lastimarla ni a ella ni a mi bebé.

Lo último que recuerdo fue que la abracé por detrás, que me deleite con el aroma de su cabellera como otras veces, luego me dormí.

Sí me desperté fue porque casi me ahogo ya que alguien me tiró agua fría en el rostro, me levanté sobresaltado y miré con rabia a quien había cometido esa maldad conmigo.

- ¿Lo desperté su alteza? - Era ella.

Lucy.

- ¿Qué haces aquí? - Yo estaba incómodo con las sábanas mojadas cubriendo mi piel - ¡Por qué hiciste eso!

- Quiero pensar que Mariana fue lista y te drogo, y no que te hizo caer ante tus deseos carnales para escaparse.

- ¿Qué?

- Mira a tu alrededor - Ella lo hizo seria - ¿Acaso la vez por algún lado?

Miré a todos lados como ella pidió y palideci, tenía razón, su hermana no estaba por ningún lado.

- ¡Que estúpido fui! - Me golpeé la cabeza con mis manos una y otra vez.

- Vístete, yo bajaré ya que Taeyang no puede callar a nuestra hija porque está hambrienta.

Yo la miré por unos segundos, ella fue al baño, sacó una toalla y me lanzó indignada.

Luego salió.

Yo comencé a vestirme regañandome por haber sido tan imbecil al caer en su engaño, ahora tenía un serio problema que esperaba resolver pronto.

Antes de dejar la habitación quise pensar que estaba soñando y busqué en los armarios la ropa que le compré durante nuestro matrimonio, y aunque sus prendas seguían intactas, me di cuenta de que la condenada se llevó todas las joyas y cosas de valor que obviamente recibió de mi parte, incluso me sacó un dinero que tenía guardado en uno de mis cajones.

- Perdonen la demora - Llegué a la sala y ellos estaban sentados juntos, luego sentí la mirada juzgadora de ambos - Fui un tonto...

- Yo solo espero que a mi hermana no le pase nada, de lo contrario será tu culpa.

- Admito que cometí un error...

Lucy se levantó cargando a su hija y se dirigió a la salida cerrando la puerta con fuerza.

- Ella está muy preocupada, por eso actúa así.

- Lo sé, primo.

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Continuará***

" En esa habitación contigo " || EL PERDEDOR || #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora