XXV

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Tal vez hice mal en confiar en ella, yo solo quería encontrar a Mariana y hacerla entrar en razón en caso de que fuera verdad lo que me dijo.

Lisanna me pidió que la siguiera en mi coche, lo hice y mientras tanto marqué al número de Taeyang. Le avisé lo que estaba pasando por si ocurría algo malo y encendí el chip de rastreo de mi celular por si esto era una trampa.

No llamé a los oficiales ya que si lo hacía estos actuarían según sus protocolos y podrían arruinarlo todo. Taeyang entendió mis indicaciones y luego colgó.

Si no lo llamaba en una hora, él llamaría a la policía y vendría con ellos.

- Por favor que esté aquí - Suplique mientras me quitaba el cinturón de seguridad.

Bajé del coche desconfiada y Lisanna me indicó que la siguiera. Delante nuestro había un apartamento común, si ella no era encontrada por la autoridad era debido a que estaba distinta.

Su piel seguía siendo pálida, pero su pelo ahora largo hasta los hombros estaba teñido de un color negro y usaba unos lentes de contacto color marrón, además vestía con ropas simples que la hacían ver como una mujer de clase media.

- ¡Marianita! - Gritó cuando entramos - ¡Aquí está tu hermana que viene a despedirse de ti!

Yo seguí sus pasos hasta llegar a una habitación con pocos muebles. En cuanto ella puso un pie dentro pegué un grito ya que alguien la golpeó con una estatua en la cabeza.

- ¡Mariana! - Ella había estado escondida detrás de la puerta - ¡Pero que hiciste! - Lisanna estaba en el suelo inconsciente.

Mi hermana tenía los ojos ampliados, no parecía estar bien, dirigí mi mirada a la cama y ahí habían unas cuerdas tiradas.

Ella trató de levantar el cuerpo de Lisanna, pesaba mucho así que la ayudé, juntas la atamos de manos y pies.

- Qué está pasando - La tomé de la mano cuando quiso dirigirse al clóset - ¡Por favor cuéntame!

- No quiero hablar contigo ahora - Me habló fría.

- Mariana, te puedo ayudar - dije preocupada - Haré lo que me pidas pero cuéntame.

- La tipa está loca, me tuvo secuestrada tres putos días, ¿Es lo que querías oír? - Yo bajé la mirada - Si no me fui en cuanto me liberé es porque esa tipa te haría lo mismo, te iba a matar y luego saldría en mi búsqueda con las mismas intenciones.

- Todo esto puede acabar si...

- No digas nada más - Fue cortante - Aprovecha que está ahí, inconsciente, y llama a esos inútiles policías de quienes te hiciste amiga para que la encierren, mientras tanto yo volveré a mi vida de antes.

- ¿Y Mily?

- Primero la veré a ella, y luego me iré.

- ¡¿Por qué irías con ella?!

- ¿Por qué? - Repitió irónicamente, fue al clóset y me dejó ver una pequeña cuna portátil - ¡No soportó un segundo más a este niño llorón! ¡Me está volviendo loca!

- No... - Lo que quería hacer no tenía nombre - ¡Mariana tú no puedes hacer eso! ¡Aquella mujer le hará daño! ¡Tú no sabes como es realmente!

- ¡Yo estuve más de dos hora con un intenso dolor para traerlo al mundo y lo justo es que su abuela me de mi dinero!

- ¡¿Dinero?! - Era cruel, muy cruel - ¡Cómo puedes vender al niño que tuviste nueve meses en tu vientre! ¡Es tu hijo, tienes que amarlo por sobre todas las cosas! ¡No es un objeto del cual te puedes deshacer así como así!

" En esa habitación contigo " || EL PERDEDOR || #Wattpad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora