XIII

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Narra Borja

Vi a Raúl nervioso, había llorado bastante. No sabía el motivo por el cual me había llamado ya que no eramos pareja ni yo era alguien de confianza, pero supuse que era por el contrato.

- Yo... bueno... - Estaba nervioso, demasiado - me he vuelto a cortar. - Dijo estas palabras en voz baja y casi en un susurro.

- ¿Cual es el motivo, Raúl? - Jugué con la taza mirándole.

- No... No lo sé, empecé a llorar y luego estaba en la bañera y no sé. - Empezó a sollozar. - No quiero hacer eso, no quiero descargar mi rabia contra mi. - El menor seguía sollozando a punto de llorar.

- Raúl enseñame esos cortes. - Me terminé el café. Este se bajó el pantalón de pijama dejando ver en sus muslos múltiples cortes. - ¿Tienes guantes? - Raúl asintió y me señaló el baño indicandome dónde estaba el botiquín, le hice caso, fui al baño y volví con vendas, alcohol, gasas y guantes. Me puse los guantes y le miré los cortes. - No son muy profundos, no necesitan sutura. Álvarez esto te va a doler. - Empapé una gasa en alcohol y le desinfecté los cortes, le oía soltar suspiros y cuando terminé de desinfectar le hice una señal para que se vistiera.

- Gracias...
- Raúl, cuéntamelo. - Este suspiró y negó con la cabeza. - Bien, pues sin una explicación no volveré a tocarte. - Este levantó la cabeza de repente mirándome.

- No me hagas esto Borja...

- Ya sabes que toca pues.

- Borja...

- Ni Borja ni hostias, habla Álvarez.

- Vale... A ver... Yo hace unos años estuve saliendo con un chico. Era genial. Cuando se enteró de que quería hacer enfermería, empezó a tratarme como un inútil, reírse de mi, menospreciarme. Bueno, ya te lo imaginas. - Rió irónico. - Hubo un dia en el que me acercó una cuchilla y consiguió su propósito. A partir de ahi me castigaba casi diariamente por ser un puto fracasado. - Lágrimas bajaban por sus mejillas. - Por ver casi imposible entrar en enfermería, por ser mal novio, por todo Borja, por todo. - Rompió en llanto. Le miré sorprendido de la cantidad de dolor que ocultaban esos ojos castaños.

- Álvarez, si dejas que esto siga dañándote no vas a estar bien nunca. No puedes vivir con esa inseguridad constante en tu vida. Tienes por delante años de carrera que vas a sacarte porque te lo vas a trabajar y vas a demostrarte de lo que eres capaz. - Raúl dejó de llorar y asintió brevemente.

- Perdón por molestarte... Gracias - asentí.

- Lo que necesites, ya sabes donde estoy. - Fui hacia la puerta.

- Borja... Te-tengo... Casa sola. - Dijo esas cuatro palabras muy lentamente.

- ¿Qué propones? - Me giré acercándome a él, lentamente. Cuando estaba enfrente suyo, su mano empezó a pasearse por mi pecho.

- ¿En la encimera te parece bien? - le cogí del cuello sentándole en la encimera. - Me tomaré eso como un sí. - Raúl gemía, empecé a besar y morder su cuello, le rompí la camiseta y bajé mis besos y mordidas a su clavícula marcándola sin ningún tipo de vergüenza.

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora