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Narra Borja

Estaba en la cama leyendo apuntes y escuchando The Weeknd cuando el timbre sonó insistente. Bajé perezoso a abrir, cuando lo hice sin importarme quien llamaba, Raúl entró casi corriendo y se plantó delante mío.

- Vamos a hablar, tú y yo ahora. - Dijo en tono de mandato y mirándome a los ojos.

- ¿Desde cuando me mandas tú algo a mi Álvarez? - Me crucé de brazos apoyándome en la pared, Raúl estaba mirándome de forma desafiante. - Solo por esta vez voy a acceder que me mandes, sígueme. - Le hice una seña para que me siguiera al despacho, entramos y nos acomodamos. - Habla, Álvarez. - Me acomodé en la silla mirándole fijamente.

- Vale escuchame bien Borja, necesito ese periodo de prueba. ¿Y sabes por qué? Porqué el día de la fiesta cuando me besaste no me aparté, y hasta te hice saber que quería más. Me lo merezco porque llevas desde que me viste en la facultad puteándome por algún motivo. Y no me digas que no, que esos empujoncitos, risitas y mierdas varias se notan, y mucho. Además, si quisiera solamente "experimentar" no estaría haciendo este numerito y ya te hubiera chupado la polla. Me lo debes Luzuriaga. Así que dame ese contrato y un boli. Y no te lo pido, te lo exijo. - Raúl terminó su discursito casi jadeando.

Me gustaba esa faceta de Raúl, aunque no se la iba a permitir mostrar más enfrente mio.

Saqué dos contratos, el inicial con las condiciones y el de la extensión de las novatadas ya que iban ligados. Le acerqué los contratos y un boli.

- Firma el de las condiciones, sal fuera y esperame en la puerta. - Raúl asintió, mordiéndose el labio. Me levanté y salí del despacho yendo a mi habitación y cogiendo unas esposas y una venda para los ojos. Le esperé fuera del despacho jugando con las esposas.

Narra Raúl (+18, contenido potencialmente sensible)

Cuando salí del despacho, me encontré a Borja jugando con un par de esposas. Me hizo una señal para extender los brazos y así lo hice. Me puso las esposas que en contacto con mi piel estaban frías y me vendó los ojos con una tela de terciopelo negra. Me guío hasta una sala e hizo tumbarme en una cama. Me quitó las esposas para atarme a los barrotes de la cama. Tragué saliva nervioso, no sabía que me iba a hacer. Al poco rato noté la presencia de Borja enfrente mia. ¿Y si sacaba algun tipo de arma rara y me mataba? No, imposible. Espero.

- Bueno bueno querido Raúl, tu petición ha sido acceptada. Antes de proceder a follarte y a hacerte gritar mi nombre, voy a recordarte las dos normas más sencillas. - Borja dejó de hablar durante unos instantes - Primero, me vas a hacer caso. Segundo, si ves que sobrepaso alguno de tus límites físicos o psicológicos usa la palabra de seguridad. ¿Entendido?

- Sí, Luzu - por contrato estaba obligado a llamarle así. No me gustaba, pero era lo que tocaba.

- Bien, quiero que estes relajado Raúl. No quiero que estes nervioso ni tengas miedo. - Oír su voz me relajaba mucho más de lo que él podría imaginar, solté un suspiro haciéndole notar mi comodidad.

Instantes después, note como se acercaba a mi con paso firme. Aún estaba vestido pude suponer. De repente, noté como el filo de un cuchillo recorría desde mi cuello hasta mi entrepierna provocándome soltar jadeos entrecortados por la excitación del momento. El cuchillo subió de nuevo, pero esta vez cortándome la camiseta y dejando mi torso expuesto.

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora