Fine Line (Luzuplay) [En edición]

XLVI💭

Narra Raúl

Pasado

-[...] Y hoy en clase hemos hecho geografía. No me gusta la geografía, me da igual dónde esté Amsterdam. - dije haciendo un puchero y ligeramente enfadado.

- Pero cariño, son cosas que tienes que saber. ¿Has hecho algo más hoy? - dijo mi madre abrazándome.

- Mates, pero me he equivocado y se han reído de mí - empecé a llorar - la profe no ha hecho nada y después me han empujado por las escaleras - dije en un tono de voz excesivamente bajo.

- Raúl, ¿Que has dicho? Repítelo por favor - mi madre sonó preocupada.

- Nada, que me voy a esforzar más. Voy al piano mami que hace días que no lo toco. ¿Vendrá hoy el profe Niall?

- No bebé, hoy no. Vendrá mañana que es jueves. - asentí ligeramente molesto. Ojalá Niall viniera cada maldito dia.

[...]

- Tu lo que eres es imbécil, ¿Cierto? Los papis no te han educado bien y ahora lo pagas con cualquier persona -Empujé a Nacho, uno de un curso superior que se estaba metiendo con un chico de mi curso.

- Quita de enmedio gilipollas, esto no va contigo - escupió de mala gana y me empujó a un lado.

- Deja al chico en paz. No te ha hecho nada - volví a posicionarme delante del chico que estaba acorralado. - Déjanos ir, no nos conoces.

- ¿Y? Es un puto marica, voy a arreglarle de un buen puñetazo - Una sonrisa macabra apareció en su rostro junto a su puño levantándose. Se avecinaba una pelea.

- ¿Qué está pasando aquí? - Gracias ángel caído llamado profesora. - Nacho al despacho del director, Raúl y Jaume a casa. Ahora. - ambos asentimos y salimos corriendo.

- Así que te llamas Jaume, yo soy Raúl - sonreí amigable.

- Un pla... placer Ra... Raúl - Jaume se sonrojó mucho - y eso de que soy marica no es verdad eh que a mi me gustan la chicas. Pero que no pasa nada si a ti te gustan, podemos ser amigos - sonrió brevemente y se sonrojó más si era posible.

- ¿Pues sabes que? A mi si me gustan los chicos, y aunque tenga 10 años lo se. ¿Quieres venir a jugar a fútbol a casa? La pelota es de mi hermano pero nos la deja. Venga vamos - le cogí de la mano y me fui corriendo a casa casi arrastrandole. Jaume me cayó bien desde el primer momento. Cuando llegamos le hice pasar y cogí la pelota del baúl - ¡Vayamos al jardín trasero! - Jaume asintió y me siguió.

- Tu casa es muy bonita Raúl. - Jaume y yo nos hacíamos pases con la pelota.

- ¡Gracias! ¿Algún día veré la tuya? - le pregunté chutando la pelota demasiado fuerte. - ¡Lo siento! Voy a por ella - me puse a correr detrás de la pelota, pero esta se estaba yendo hacía la carretera. Cuando casi la alcancé, estaba parada en medio del asfalto.

- ¡CUIDADO! - Cuando quise darme cuenta, alguien me había levantado por lo aires mientras un coche pasaba por encima de la pelota.

- ¡NO LA PELOTA! - empecé a llorar. Mi hermano me mataría.

- Raúl, ya está. Da igual la pelota. Tu estas bien - sí, mi hermano era el que me había salvado. - Compraremos otra. ¿Porque no se lo has dicho a mamá? - preguntó con un tono preocupado a la vez que amoroso.

- Porque la pelota se estaba yendo muy rápido y estaba jugando con Jaume, un amigo del cole - murmuré en voz baja - Lo... Lo siento - hice un puchero.

- Tranquilo bebé, ahora ve con Jaume y jugad a otra cosa. ¿Sí?

- Sí hermanito - en cuanto me bajó volví corriendo con Jaume.

[...]

- Y este es mi amigo Daniel, pero si le dices Daniel se enfada. Tienes que decirle Dani. - Jaume estaba junto a otro chico llamado Daniel, Dani.

- Yo me llamo Raúl, me gusta tu nombre Dani - sonreí.

- Gracias, a mi el tuyo - ambos sonreímos.

- Ayer me salvó de Nacho y jugamos en su casa a fútbol. Pero la pelota se rompió. Pero su casa es muy grande, seguro que hay más juguetes - Dijo un muy animado Jaume. - ¡Seremos amigos para siempre! ¿Vale? - Dani y yo asentimos y juramos con el meñique.

- Prometido - dijimos los tres a la vez. - Amigos para siempre.

[...]

-Mami mami, hoy en el cole he hecho dos amigos. Se llaman Jaume y Dani. Aunque a Jaume le conoces. Bueno da igual, pues Dani tiene en su casa un jue...

- Raúl, muy bien ahora déjame que he de hacer cosas - mi madre bufó enfadada, bebió de una botella y yo me fui en busca de mi hermanito mayor. Cuando llegué llamé a la puerta.

- ¿Puedo entrar hermanito? Mami está haciendo cosas y la estoy molestando - dije en un susurro audible para él. Mientras llamaba a su puerta.

- Raúl vete a tu cuarto y no me molestes más, estoy estudiando. Pesado. - Me había llamado pesado. Me fui llorando a mi habitación. Nadie me quería y papá seguía de viaje.

¿Y si mi hermanito tenía razón y fui siempre una molestia?