Fine Line (Luzuplay) [En edición]

🌸LXXIV: Final 2🌸

Narra Raúl

Me desperté dos días más tarde. Había dormido mucho, demasiado. Estaba mentalmente agotado y sin fuerzas. La pelea con Borja me había quitado toda motivación y energía pero eso no era lo peor. Lo peor fueron sus palabras. ¿Fueron ciertas? ¿Íban en serio? No quería admitir ni contemplar la posibilidad de que sí. Pero existía, ¿Existía? No, no existía. No tenía sentido que existiera la posibilidad, o eso esperaba. Sabía que las cosas no se solucionarían: Borja era extremadamente orgulloso y yo no era capaz de ir y hablar con él, pero las cosas no tenían que quedarse así.

Me fui a la ducha ya que Rubén vendría en un rato con los otros, no me apetecía nada pero no tenía más remedio. Después de una larga, muy larga ducha salí y me ajusté una toalla en la cintura. Me puse delante del espejo y me peiné con cero ánimos. Mi cara era una mierda: mis ojos no mostraban nada más que dolor, las notorias ojeras violáceas de mis ojos no acompañaban mucho a esa triste mirada, las mejillas rojizas de tanto llorar y la nariz completamente roja.

De verdad, que complicado se me estaba haciendo esto.

Al terminar me dirigí a mi habitación y me vestí lo más simple que pude: chándal negro y camiseta blanca. Fui a la cocina con la intención de desayunar algo ya que si no los chicos me obligarían y sería mucho peor. Cogí un poco de fruta y me senté en el sofá esperándoles. En la mesita de delante había un sobre que no recordaba haberlo dejado ahí. Cosas de mi madre probablemente.

El timbre sonó y, perezosamente, fui a abrir dejándoles pasar y yo yéndome al sofá de nuevo.

- ¿Cómo estás? - Preguntó Guille muy preocupado.

- Bueno, teniendo en cuenta lo que pasó con Borja es un milagro que siga aquí sentado. - Guille, Rubén y Alex intercambiaron miradas confusas. - Pero dentro de lo que cabe, bien. No tengo ni fuerzas para hacerme una comida decente y dad gracias que hoy me he duchado.

- Raúl... Si nos necesitas llámanos, ¿Sí? De verdad. - Rubén sonaba sincero.

- No os prometo nada. - Mi voz sonó más dura de lo previsto pero no le dieron mucha importancia.

- Al menos prométenos que estarás bien. - La voz de Alex sonó casi suplicante.

- Vale. - Solté un suspiro cansado.

- Raúl. - Me giré hacia Alex. - ¿Tienes algún plan respecto a esto? Quiero decir, dejarás que Borja te...

- No lo sé - Interrumpí a Alex. - He de pensarlo. Tengo en mente algo pero... Es imposible. - Empecé a jugar con mis dedos. - Seguiré con enfermería, obviamente, pero no sé si podré soportar tener a Borja cerca. - Hice una mueca.

- Pero nos tienes a nosotros. Nosotros te ayudaremos, de verdad. Pero vuelve, no puedes quedarte aquí encerrado. No es bueno. - Guille suspiró tras esas palabras.

- Pero no puedo depender de vosotros, Guille. Todos los problemas que he tenido con Borja los he solucionado arrastrandoós a vostros. Y no quiero hacerlo más. - Me acomodé en el sofá. - Os entiendo, pero no quiero depender de vosotros ni que vosotros tengais que cuidar de mi. De verdad chicos, muchas gracias. Aprecio lo que haceis, pero... Debo afrontar esto solo.

- No es malo que cuentes con nosotros. Tú también nos has ayudado. A Alex cuando se peleó con Frank, a Guille cuando lo dejó con David o a mi con los cuernos de Sam. Y no solo eso. Nos has dado muchísimas cosas positivas y no nos va a molestar ayudarte. - Rubén rebatió mis palabras con facilidad. - Que Borja sea un capullo que no sabe valorar la gran persona que eres, no va a significar que nosotros tampoco lo hagamos. Así que cuenta con nosotros. - Alex y Guille le dieron la razón.