XXXVII

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Narra Raúl

Después de varios minutos, trajeron la comida. Agradecí a Borja por la decisión y empezamos a comer en silencio.
- ¿Voy a obtener respuesta a las preguntas? - pregunté a Borja con una pequeña mueca.
- No quiero herirte Raúl, no quiero hacerte sentir mal - suspiré.
- ¿Porqué? ¿No había mas gente que Iván? - pregunté jugando con mi taza - quiero saber la respuesta Borja. Y quiero saber la verdad. Porfavor. - suspiró.
- Me acosté con Iván antes de saber nada de lo que te hacia. Cuando lo supe, el asco entro en mi. No pude tirar el tiempo hacia atrás. Pero te prometo que no ha habido más encuentros. - bebí de mi café - Desde que pasó lo del restaurante, no he dejado de darle vueltas a todo. Te he echado de menos, y he pensado en mil formas de estar bien contigo. Pero soy demasiado imbécil. En vez de gestionar mis problemas como una persona decente, canalizo mi dolor follando contra gente intentando buscar a alguien que llene el vacío que tu me dejaste. Una mierda todo, lo se - suspiró, sus palabras más que sorprenderme me pillaron de imprevisto. - Se que Sam fue a hablar a tu casa, honey, se lo que te comentó y todo. La decisión reside en ti ahora. Ya sabes que yo te quiero y que voy a hacer lo que sea por ti. Pero si me pides que me vaya, lo voy a hacer. Ya lo sabes. - me terminé el café. - Y no, no has sido un juguete sexual. Métete eso en la cabeza.
- Gracias por responderme... - murmuré - Pero siento que no soy suficientemente bueno para ti. Quiero decir, tu necesitas alguien que te brinde felicidad y no se las pase llorando casi cada dia, necesitas alguien que te corresponda sexualmente y necesitas a alguien que pueda darte lo que tu pides. Y yo no soy esa persona. Puedo complacerte sexualmente, pero sabes que a la hora de la verdad no soy la primera persona que se te pasa por la cabeza. En cambio a mi si, si tengo un problema pienso en llamar a Borja Luzuriaga. - suspiré. Me sentía ridículo, pero tenía que hacer frente a las situaciones - Y en ese tipo de situaciones nos volvemos paralelos, no somos uno.
- Raúl, desde que paso lo del restaurante me he planteado de diversas formas terminar con mi vida por hacer daño a la persona que quiero. Pensé en llamarte durante las dos semanas siguientes. Pero me decían que era mala idea, que solo conseguiria dañarte más. Busqué muchos sustitutos a ti: LSD, setas, cocaína, marihuana y hasta el sexo. Pero al final, me di cuenta de que tu eres esa persona que necesito, la persona que puede salvarme de mi miseria. Me di cuenta demasiado tarde de que echaba de menos cada centímetro de ti, tu manía por doblar la ropa y dejarla bien puesta antes de hacerlo, como me mirabas a los ojos y sonreías. Esas dos semanas sobreviví a base de tu recuerdo, porque no podía irme de este planeta sin antes confesar a la persona de la que estoy enamorado todos mis sentimientos. - Mis mejillas tomaron un leve color rosado, el sentimiento era mutuo y muy fuerte. Ambos nos encontrábamos bajo las mismas justificaciones: ser insuficiente para el otro. - Y realmente me gustaría ahora mismo levantarme y besarte, decirte cuanto te quiero e irme contigo a cualquier parte. - Le miré, como no iba a estar enamorado de Borja joder.
Apesar del daño que me hizo, y que yo también le hice siendo realistas, mis sentimientos hacia él eran demasiado fuertes. ¿Pedirle salir era una muy mala idea? Seguramente, lo mejor sería dejarlo todo fluir. - Pero se que no es posible. Babe, todo depende de ti, ya sabes lo que yo pienso. - hizo una mueca. Sonreí con ternura.
- ¿Te apetece ir a dar una vuelta por el parque? Dicen que hay patitos - Dije excesivamente emocionado, me volví a sentir lleno después de tanto tiempo. Borja sonrió y asintió. Nos levantamos, pero antes me terminé el café. Salimos ambos a la calle, hacía frío, pero internamente volví a sentir una calidez que solo la sentía con Borja. Empezamos a andar en un silencio cómodo. Llegamos al parque. Y lo llevé hacia el estanque donde estaban los patos. Me sentía como un niño pequeño, pero estaba feliz.
-

Hacía mucho que no me pasaba por aqui - dijo Borja con una voz calmada, sonreí.
- Me sorprende, no queda muy lejos de tu casa - noté como se ponía detrás mio y se apoyaba en la barandilla con una mano.
- No suelo frecuentar parques - rió a lo que yo sonreí - Soy mas de centros comerciales. - asentí y seguí mirando el lago. Su olor a café, debido a su proximidad, inundó mis fosas nasales. ¿Cómo pude estar tanto tiempo sin oler esa maravillosa fragancia?


Nota

Creo que odio este capítulo y lo voy a borrar, no le veo coherencia alguna xd.

Fine Line (Luzuplay) [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora