Nueva York sin dudas es la ciudad que no duerme, y sus ciudadanos no se alejan de tal teoría.
Esta historia se comprueba gracias a la joven Lauren y el rotundo vuelco que su vida consigue, al conocer al prestigioso Timothée Chalamet. Todo inicia en...
Me lo crucé muchas veces en la terraza del edificio o en la entrada de este, pero nunca nos saludamos ni mantuvimos al menos una corta charla. No sería lógico que vaya a su departamento. Es más, según los rumores estaba por mudarse con Lily a otro sitio, y daría el suyo a la venta.
Siguen juntos y mejor que nunca, sí.
Quería llamarlo de verdad, pero no podía. Me lastimó demasiado y lo ultimo que quiero es oír su voz.
L: Felicidades Timothée, espero que disfrutes tu día y sigas triunfando en tu carrera. Te aprecio.
¿¡TE APRECIO!?
Da igual, al menos lo saludé. Si hay que ver el lado bueno puede que Lily vea el mensaje y no tiene nada malo en él. No sé si ya hablaron de lo nuestro, por lo que fue mejor que fuera un tanto desapercibido.
No contestaba, y me estaba alterando demasiado. Quizá no debí enviar el mensaje.
Salí al balcón a fumar. Luego del viaje de la primer premiere no he podido parar, ya se había vuelto un vicio. Y era un asco, el hecho de ser adicta y depender de algo material, pero ya era inevitable.
Saqué una foto al amanecer y la subí a mi historia de instagram.
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El primero en verla.
Pero el mensaje seguía sin ser contestado.
Me sentí un poco decepcionada, pensé que sería una respuesta instantánea, quizá algo alegre, como lo solía hacer antes.
Pero así era antes, y debo avanzar tal como él lo hizo.
Anulé el mensaje y fui a dormir.
Pero no pude al oír el timbre sonar. Una y otra vez sin parar.
Parte de mi esperaba que fuese Timothée. Pero ahí tenía a Lily en la puerta.
Entró sin saludar y solo se sentó en el sofá de la primera sala. Sólo me miraba, ni siquiera emitía un sonido, probablemente ya sabía lo que pasó aquella noche y no sé por dónde empezar.
Cerré la puerta y decidí romper el silencio incómodo entre ambas. -Tengo vino, agua, jugo, si quieres comer tengo muchas cosas también.
-Vino, por favor.- Asentí y serví en dos copas, me senté enfrente suyo puesto a que esto no iba por un buen camino, para nada, sentarme al lado suyo llevaría a empeorar todo. Le acerqué la suya y apoyé la botella en la mesa que se encontraba al lado de mi sofá.
-¿Lo viste ya? Digo, su cumpleaños.
-No quiso verme en todo el día, fue con Nicole y Marc a pasear por la ciudad, el recorrido se está haciendo eterno claramente. ¿Lo viste?
