Capítulo 6: Kyle

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-Joder Jacob, se supone que éramos amigos, te conté hasta mi más profundo miedo y todas y cada una de mis inseguridades, incluso lo que hago en mi tiempo libre y no menos importante todo lo que pasaba con él, ¿por qué te costaba decirme "Si Lauren, fue Timothée y salió corriendo para que no lo vieras?

-De verdad lo lamento, es que cuando me lo crucé me lo pidió desesperado, no tengo idea de por qué no quería que tú supieras, puede que sea porque no está en la lista de tus personas preferidas en el mundo.

Lo estaba.

-Yo tampoco entiendo, pero supongo que ya pasó, disculpa aceptada. Solo no quiero que me mientas, sé que esta mentira no fue nada grave pero las mentiras empiezan pequeñas y terminan enormes, no quiero que pase eso entre nosotros, eres el único que tengo en la ciudad con quien compartir todo.

-Te quiero Lauren.

-Yo también Jay, no hay problema, ya pasó. En unos días ya vamos a Londres, no tengo ropa abrigada y que a la vez no me deje como un malvavisco multicolor, ¿podríamos ir de compras?.

-Si cariño, te busco a eso de las cuatro de la tarde, voy a almorzar con los demás en el set y al terminar de limpiar iré a buscarte. Te quiero.

Asentí y colgué la llamada. Luego de almorzar pude sentir golpes desenfrenados en mi puerta. Terminé de limpiar y fui a ver quién era.

Miren nada más, mi vecino del cuarto piso.

Abrí y allí estaba el, apoyado en un costado de la pared, fumando y exhalando todo el humo en mi rostro, sonriente.

Joder, qué sonrisa.

-No viniste y supongo que jamás vendrás- Dijo ¿decepcionado? -Así que extorsioné al portero para que me diga tu piso y aquí estoy, lamento no traer flores ni comida pero tengo tres cajas de cigarrillos, si me las bajo a todas solo tendré olor para una semana entera ¿Fumas?

Sabía que fumaba, pero no así.
No tanto.

-¿No vas a dejarme pasar?

-Si no te dejara encontrarías la manera de entrar igualmente, pasa.

Fue de inmediato al primera lugar que te encuentras una vez dentro de mi departamento. Empezó a prestar atención a cada detalle de mi sala de estar, pero frenó y observó las imágenes colgadas en mi pared, una en especial.

-¿Tu novio?

-No, Jacob.

-Entonces tu novio.

-¿Qué te hace pensar que sea mi novio?

-No lo sé, quizá el hecho de que pasas más tiempo encima suyo que actuando o prestando atención a Reece.

¿?

-Es mi único amigo en la ciudad, consiguió trabajo allí y como cualquier amistad estamos uno con el otro, no es mi novio, no sirvo para esas cosas.

-¿A qué te refieres con no servir para ello?

-Soy extremista, o no quiero o lo hago con cada parte del cuerpo y mente. Cualquiera que viera a alguien como yo físicamente y con un millón de sentimientos encima, saldría corriendo. A nadie le gusta tanta intensidad.

Chasqueó la lengua y prendió un cigarrillo.

-Fumar tanto te va a hacer los pulmones negros y del tamaño de tu cerebro.

-Y ese tamaño sería...

-Pequeños. Quedarían muy pequeños.

Río y se acercó a mi. Me agarró de la cintura y me acorraló contra la pared. Con un brazo al costado de mi cabeza y el otro con el cigarrillo en la mano, se lo puso en la boca y sacó otra de la caja, mientras me miraba a centímetros del rostro, enfocándose luego en mis labios.

A Metros de Millas - T.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora