A Metros de Millas - T.C

Capítulo 41: Adiós

-¿Equipaje listo?

-Sí.

-¿Pasaporte?

-En mano.

-¿Ganas de quedarte?- Los ojos de Saoirse se inundaron de lágrimas repentinas, silenciosamente.

-Siempre podré volver.

La abracé con toda la fuerza que un ser humano pudiese, apretándola al punto de que me pidiese parar, a pesar de que fuera un momento emotivo.

-No conocía tu faceta extremadamente cariñosa.

-No la dejaba al descubierto desde hace tiempo.

-¿Y con hace tiempo te refieres a Timothée?

Me gustaría pensar que se equivocaba, pero llevaba con ella toda la razón.

Aprendí a amar de una manera inmensa gracias a él, por y para él. Dudo que tal grandeza de sentimiento se reprodujera nuevamente con alguien que no fuese él.

Era molesto, saber que aún era quien significaba todo para mí, pero no tenía idea de si era mutuo. No a esta altura de la situación.

Mi cara sonriente ante la burlona de mi amiga exclamó una sola palabra entre carcajadas. -Zorra.- Las risas se volvieron aún mayores y cautivaron la atención de mis padres, quienes vinieron hasta aquí a despedirme, junto a Jacob, Reece y Lily.

-¿De qué van ustedes?- Le susurré lo antes posible, antes de que los demás pudiesen interrumpirnos.

-Solo amigas, el público pasó desapercibido todo, creen que existe algo entre nosotras pero nunca podremos confirmarlo al cien por ciento, se acabaron las indirectas.- Su mirada cabizbaja irradiaba decepción esta vez. Ha de ser duro que un par de papeles llamados contratos sean capaces de dirigir el rumbo de tu vida, en cámaras y detrás suyo.

-Serán una especie de Larry en lo que va del tiempo.

Frunció el ceño. -¿Lar qué?- Negué divertida. Me despedí una última vez de ella, para notar a Reece y Jacob enfrentados a mí.

-Ya saldrá la secuela de Call Me By Your Name, y tú y yo la veremos juntos. Tú y yo lloraremos juntos. Y por ahora, yo te extrañaré tanto como se puede.- Sollozaba por lo bajo, mi perspectiva sobre mi amigo cambió durante los meses, quizá años. Pero era innegable el amor que tenía por él, aquello nunca desapareció.

-Tú y yo nos extrañaremos, no juntos, pero con igual intensidad, y eso es lo que importa.- Sonrió como muestra de gratitud, dándome un beso en la frente y marchándose del aeropuerto. Aún seguíamos unos cuantos en aquella entrada. Estaba a varios minutos de distancia de la sala donde debía esperar mi vuelo, pero daba igual.

Para mi sorpresa mi ex director de película no tenía sonido alguno que emitir. Tan solo me enseñó los dientes en un gesto amigable y estrechó su mano para unirla con la mía. Poco a poco fue hasta el estacionamiento en busca de su auto, lentamente, volteando hacia mi repetidas veces. No entendía el por qué, claro está.

Mis padres irían a verme una vez cada unos dos o tres meses, por lo que la despedida fue común y corriente, nada muy amoroso.

Lily me dio un abrazo interminable y prometió contactarse conmigo más de seguido, era una mujer increíble, sin lugar a dudas.

Lamentablemente, la ronda de despedidas llegó a su fin y mi avión despegaba alrededor de media hora, ya debía irme a esperarlo. Fui por mi cuenta hasta allí, no habían muchos paparazzis, eran las cinco y algo de la mañana, dudaba que apareciesen más.