Capítulo 5: Laurie

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-Necesito que por favor los protagonistas vengan a escena, que sea lo antes posible. Debíamos empezar hace una hora, no me importa cuánto rubor o máscara les falte, que vengan como sea que estén, podremos editarlos desde las cámaras una vez que ya hayamos grabado. Jacob hazme el favor de traerlos aquí.

Jacob asintió y se dirigió a buscar a Timothée.

Pero no estaba en su camerino. Raro.

Restándole importancia al egoísta que lastimó a su amiga fue en busca de ella, y al entrar pudo notar como Timothée acariciaba su cabello y poco a poco, ella despertaba.
Este se percató de que la bella durmiente pudo sentir que alguien la estaba tocando e inmediatamente corrió hasta la puerta para irse.

-Eres mi pase dorado. Si te pregunta si lo hiciste tú, asiente.- Le dio una palmadita en el cachete y se marchó para ir en escena.

-Jacob que susto, la próxima no te vayas hasta la puerta porque pensé que un espíritu me tocaba y en realidad no había nadie, simplemente quédate al lado mío, no te mordería ni nada. ¿Fuiste tú verdad?

-No Lauren, fue Timothée pero se fue justo a tiempo para que no puedas verlo.- Era cierto, pero usó un tono sarcástico para decir la verdad y a su vez mentir.

Pudo notar como su amiga sonreía de punta a punta y sus mejillas rosadas se tornaron rojas, podía ver la ilusión en sus ojos y que no captó ni un poco del sarcasmo que utilizó.

-Pero hace unas horas hablamos, y no de buena manera, como siempre, ¿por qué lo haría entonces?

Jacob tampoco entendía el por qué de ello luego de enterarse que volvieron a discutir, simplemente la miró apenado y respiró profundo.

-No, no fue él, lo dije sarcásticamente. Pensé que lo habías notado, si fui yo, lo siento. No vendré corriendo hasta la puerta la próxima.

Dicho esto le advirtió que Reece, el director, la estaba esperando para empezar a grabar.
El día pasó muy lento, finalmente lograron avanzar todas las escenas que podían grabarse allí, para la mayoría debían ir de viaje alrededor de Europa y uno que otro lugar de Estados Unidos, Reece odiaba utilizar pantalla verde, decía que para captar la esencia de un lugar debían estar realmente allí. Por ello, dentro de un par de días partirían a Londres como el primer destino.

Una vez finalizado el trabajo, Lauren va hacia su auto para volver al departamento. Al cerrar la puerta y prender la música, empieza a sonar el soundtrack de Little Women. Rió en su interior pensando en la cantidad de tiempo que le dedicaba a las películas o vida en sí de Timothée, y que debía parar de hacerlo. Se recostó en su asiento y, de un momento a otro, empezó a llorar.

Extrañaba su hogar de vez en cuando, no cómo era ahora, pero si cuando era pequeña y no tenía preocupación alguna, su único miedo era pasarse las líneas de los dibujos que pintaba.

Ahora estaba en una ciudad enorme por su cuenta, para su suerte ya tenía un amigo al lado suyo, Jacob parecía ser un fiel compañero, le demuestra atención y cariño siempre que puede, y ello la reconforta, logró que no se sienta sola cuando lo tiene cerca o con solo hablar a la distancia.

El problema no era allí, era el set, la actuación, el compartir tiempo con el muchacho que llamó su atención interminables veces antes de conocerlo, cuesta creer que no es lo que le demostraba a los demás.
A ella.

Finalmente terminó su momento caótico tras un sollozo, se quitó las lágrimas que caían por su rostro y decidió avanzar, no sin antes verlo acercarse a un auto, gritando por teléfono y tirarlo luego de la llamada, dándole un golpe a la pared del lugar que podría escucharse a millas de distancia.

A Metros de Millas - T.CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora