58. Una tragedia

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Alexby salió del restaurante un segundo para tomar aire, necesitaba un momento a solas.

Comenzó a caminar por el pueblo, solo, como siempre.

A veces se preguntaba, cual era su problema con el romance?

Nadie lo consideraba atractivo, y cuando alguien si mostraba interés en él, se acobardaba.

¿Por qué tenía tan mala suerte en el amor? ¿Acaso estaba destinado a vivir solo por el resto de sus días?

La persona mas cercana a él, su compañero de trabajo, su amigo y la persona de la cual se enamoró, se había casado hoy.

Y cabe aclarar que Alexby no le guarda rencores, sabe bien que Willy y Fargan son almas gemelas, y estaba feliz por ellos.

Se quedó en la ceremonia y en gran parte de la fiesta por una cuestión de apoyarlos a ambos, pero no podía estar otro minuto ahí, necesitaba escapar.

- Talvez no fue una locura la idea de irme de Karmaland, estoy seguro de que nadie notaría que no estoy, o solo buscarán otro oficial de policía... - Musitó para si mismo.

- Yo puedo encargarme de eso - Escuchó una segunda voz muy cerca de su oreja, casi a sus espaldas.

No sabía en que momento había llegado a un barrio tan deshabitado, pero estaba completamente solo, o eso creía.

Repentinamente una mano le cubrió la boca y un brazo sostuvo los suyos inmovilizandolo en cuestión de segundos.

Sacudía su cabeza y su cuerpo frenéticamente en un intento desesperado de safarse de su agarre, pero le resultaba imposible, lamentaba muchísimo haber dejado sus cosas de policía en casa.

Tambien intentó patearlo aprovechando que sus piernas estaban libres, pero el contrario notó su intención antes de que siquiera tratara.

Dio una fuerte patada en la corva de su rodilla causándole fuerte dolor y dejándole debilitada aquella extremidad, hizo lo mismo con la otra.

Comenzó a llevárselo a un callejón en caso de que hubiera alguien por ahí que pudiera verlos, para este punto las lágrimas ya se deslizaban por las mejillas de Alexby y su cicatriz empezaba a saltarle estática.

Una vez en el rincón de la muerte, el mayor lo dejó caer bruscamente en el suelo, la víctima pudo mirarlo a los ojos cayendo en cuenta de que se trataba de Lolito.

Antes de que el menor siquiera se atreviera a intentar escapar, el pelinaranja colocó fuertemente su pie ensima de su pecho para mantenerlo quieto, se acercó una bolsa que había en el callejón y que probablemente había traído él.

- ¡¡AUXILIO!! - Suplicó en un grito desgarrador que transmitía a la perfección su panico intenso.

- Callate - El mayor sacó un pañuelo y se acercó a su rostro para cubrirle la boca.

- ¡¡Para, por favor!! ¡Lo siento mucho! ¡¡Sé porque estas enfadado, te prometo no volver a acercarme a Mangel!! ¡Sueltame, por favor! - Apartaba su cabeza intentando evitar el pañuelo. - ¡¡Nunca quise que eso pasara!! ¡Ten piedad! ¡¡Te lo ruego, haré lo que sea!! - Suplicaba entre su llanto.

Sus palabras no sirvieron de nada, su única manera de pedir ayuda o clemencia ya estaba bloqueada por aquella tela ajustada tan asfixiante.

El de coleta lo puso boca abajo sin cuidado alguno, se sentó sobre él y sacó unas cadenas bastante oxidadas y largas, colocó sus brazos en su espalda y comenzó a atarlo con eso.

Continuara...

Fíjense lo sádica que soy que estaba tan motivada escribiendo que no me di cuenta por cuantas palabras iba.

La única manera de que te perdone - LuzuPlay (Karmaland 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora