No iba a permitir que jugaran en su contra de esa manera, no queria seguir con esa apariencia ni un minuto mas, no dejaría que Luzu continuara burlándose de él.
Un pequeño acuerdo subido de tono le reveló a Auron que a pesar del enfado y la mascara...
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De un lado de Karmaland la celebración al nuevo alcalde se estaba llevando a cabo.
Del otro lado, se encontraba la casa del contrincante perdedor, con un silencio que preocupaba con solo sentirlo.
Pero no era silencio total, entrando por aquellas paredes se encontraba un pequeño cerdito llamado Manolo el cual estaba algo asustado.
Podía sentir la esencia del ambiente en el que se encontraba, y los animales no son tontos, sabía que algo malo estaba ocurriendo.
Comenzó a caminar con sus tiernas patitas por toda la casa en busca de su dueño, aunque no fue necesario revisar toda la casa, con un par de pasos notó que se encontraba en su habitación.
¿Como lo sabía? Entre todo el intenso e intimidante silencio podías oir un diminuto sonido en el aire que desprendía angustia.
Obedeció a su sentido comun y siguió aquella triste llamada.
Entrando en la alcoba vio lo que mas se temía.
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Luzu estaba destrozado, llorando desconsoladamente contra su cama, la imagen elegante que tenía hace un par de horas se había desecho totalmente.
Se veía patético, se sentía patético, no podía creer la situación actual.
No lloraba solo por haber perdido la alcaldía.
Si, se había preparado por meses, confió en su equipo que terminó creando su propio partido político, se quedó solo haciendo montañas de aburrido papeleo, sus intenciones eran las mejores, les hacía regalos a todos, nunca lastimó a nadie y cuando lo atacaban no decía nada, lo interrumpieron maleducadamente en su discurso y él mantuvo la compostura hasta el final. Todo para que ganara aquel que lo traicionó y que se postuló hace dos días cuando su campaña se basaba en hacer promesas imposibles.
Pero no lloraba solo por eso.
Si algo le dolía mas que ver como su esfuerzo se iba a la basura, era saber que Auron no votó por él.
La persona de la que estaba perdidamente enamorado, la cual lo besó, lo abrazó, lo ilusionó.
Escuchar como Vegetta narraba que Auron estaba en la lista de los que votaron por Lolito fue una estocada en el corazón.
