Capítulo 10

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Las situaciones surrealistas parecían perseguirle. Debía tener un imán que hiciese que su vida siempre acabase con situaciones extrañas que no podía clasificar. Había alimentado a Cancerbero, había conseguido invocar a tres muertos y había podido abrir las cuatro puertas del infierno. También había aprendido como funcionaban los hilos de la vida, había estado a punto de caer al agua y perder su alma para siempre, había practicado sus técnicas de combate con Aquiles y había ensayado su mejor mirada de desgana bajo las órdenes de Hades.

El día había transcurrido de la forma habitual, lo que era un alivio dados los acontecimientos de los días anteriores. Entre la fiesta, la lucha y el día de después, Wonwoo había terminado agotado. Por eso quería volver a su habitación, arroparse en la cama y disfrutar de un buen libro hasta que fuese la hora de cena. Necesitaba tiempo para pensar en lo que había ocurrido, en las decisiones que habían tomado y en la pérdida que habían sufrido. Quería relajarse y disfrutar de un par de horas para él solo, lejos de las peleas, los gritos y los muertos.

Sin embargo, Hades tenía otros planes. Después de haber estado todo el día fuera y haberle dejado bajo la vigilancia de Aquiles, había aparecido para arruinar su noche. Le hizo sentarse en una hamaca al borde del río Aqueronte y le tendió un Martini como si aquello fuese el mejor plan de la historia.

Hasta ahí, la situación no le sorprendía. No era la primera vez que veía a Hades como si estuviese veraneando en Mallorca, solía vigilarle desde su hamaca mientras leía una revista. Lo extraño ocurrió justo después, cuando habló con una sonrisa tirante en su rostro como si le costase hacer aquello.

— Y bueno, Wonwoo, cuéntame ¿Qué tal estás?

— ¿Bien? –La respuesta salió como una pregunta, pero estaba tan sorprendido por su repentino interés que no pudo hablar de otra forma. Tenía la sensación de que había adoptado a un tigre como mascota y le iba a devorar un brazo—. ¿Y tú? ¿Todo bien?

— Oh, sí, muy bien, menos la parte en la que he tenido que escuchar a Zeus hablar de como Seungcheol, Joshua y Jeonghan se marcaron un ménage à trois —Al observar la mirada sorprendida de su discípulo continuó hablando como si necesitase una explicación—. Ya sabes,hicieron el ñaca-ñaca, le dieron un poco al tiki-tiki, pusieron a prueba la suspensión trasera, rellenaron el pavo, dejaron ciego al Cíclope, sacaron a pasear el unicornio, hundieron el sable...

— LO HE ENTENDIDO —Le gritó para que se callase. Era vergonzoso oírle hablar así, sobre todo cuando usaba términos tan estrafalarios—. Es solo que no me lo esperaba. Joshua y Seungcheol parecen tener algo entre ellos... —Se dio cuenta de que había comenzado a cotillear con el dios y le miró con más extrañeza aún—. ¿Estás bien, Hades?

— Perfectamente —Se reclinó en la hamaca apoyando el codo en ella y la cabeza en la mano para observarle—. No estamos aquí para hablar de esos tres, sino de ti —Volvió a sonreír de forma tirante como si llevase años sin hacerlo o estuviese a punto de darle un ataque de algún tipo—. ¿Hay alguien por ahí con el que quieras mojar el churro?

— Oh, dios mío, ¿Por qué estamos teniendo esta conversación? —Se llevó las manos a la cabeza y se quejó—. No, no hay nadie.

— ¿Seguro? ¿No hay nadie que llame tu atención? ¿Quizás cierto gigante capaz de ahogarnos a todos y ocasionar desastres?

— Él no ocasiona tantos problemas —Se incorporó a la defensiva. Ante la mirada de Hades volvió a bufar—. Solo somos amigos. Me cae bien, nada más.

— Oh, sí, y Perséfone y yo también empezamos así y mira ahora, no hay día en el que no veamos al cíclope unas cinco o seis....

— ¿Por qué me pones esa imagen en la cabeza? —Volvió a quejarse el pobre discípulo—. Además, a Perséfone la raptaste, no erais amigos.

¿Quién dijo que ser dios fuera fácil? (Seventeen) #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora