El comedor estaba impoluto al igual que el resto de la casa. Sus discípulos habían hecho lo que se les había pedido de forma eficiente, incluso podían sentir el poder emanando del lugar, lo que indicaba que habían hecho los arreglos con sus poderes. Sin embargo, aunque todo estaba limpio y ordenado, los jóvenes humanos no estaban en ninguna parte. Eros, tras su pequeña visita por asuntos que no había querido explicar, les había contado como los había sorprendido resacosos y levantándose con dificultad para descubrir lo que habían hecho durante la borrachera. Al parecer, para orgullo de Dioniso, habían montado una fiesta privada y algunos de ellos ni siquiera habían dormido en toda la noche.
— ¿No decías que estaban despiertos?
— Estuvieron toda la noche de fiesta y para algunos, los resultados no han sido muy bonitos, habrán vuelto a dor...
Una ráfaga de aire despeinó a Eros que entrecerró los ojos para mirar con resignación a Hermes, siempre haciendo las mejores entradas e interrumpiendo todas las conversaciones importantes. Quería recriminarle por siempre llamar la atención, pero como era habitual, traía un mensaje.
— No están aquí. No están por ningún sitio.
— Te lo dije —Advirtió Hades con desgana, apoyando el hombro contra una de las numerosas columnas que formaban el pasillo—. Al final se han negado y se han... —Suspiró, mirando a Hermes, que saltaba nervioso de un pie a otro—. ¿A ti qué te pasa ahora?
— No se han ido, lo presiento. Siguen en el monte, pero lejos de las salvaguardas. Algo ha tenido que pasar —Se giró hacia Atenea, la diosa que siempre sabía lo que iba suceder, y se quedó petrificado al ver que estaba tan confusa como el resto.
— Algo está interfiriendo en las visiones desde hace días.
— ¿Y no has creído que ese dato podía interesarnos? —Se quejó el dios del inframundo, moviendo los dedos con rapidez y consiguiendo que Cancerbero apareciese ante ellos—. Chico, ¿Dónde está ese torpe discípulo mío? —El perro se agazapó, sus tres cabezas a ras del suelo mientras gruñían hacia el exterior.
— Me parece que no es una buena señal —Dijo Dioniso, dejando caer la bota de vino que llevaba consigo—. Oh, mierda, ¿En qué se han metido?
Un trueno resonó en la distancia y todos sabían, sin necesidad de girarse, que no se trataba del poder de Zeus. Poseidón invocó su tridente, su ropa cambiando a la habitual de combate, y el resto hizo lo mismo con sus propias armas y prendas. Hades dio una orden y Cancerbero desapareció, buscando el rastro de los escurridizos humanos. Si estaban en peligro, tendrían que acudir en su ayuda. Su entrenamiento no era suficiente para enfrentarse a alguno de los monstruos que habitaban la tierra, porque, aunque Zeus destronara a su padre y mantuviese una tregua con el resto de los titanes, no eran los únicos que amenazaban la tierra.
Había un terrible peligro acechando entre las sombras, esperando el momento perfecto para superar a los grandes héroes, para desterrar a los omnipotentes dioses que poblaban el mundo ficticio reales y Zeus tenía un mal presentimiento.
***
Jeonghan había caminado durante horas, pero sentía que había pasado una eternidad desde que se había marchado del recinto. A su alrededor, los arboles parecían idénticos a los que había visto minutos atrás como si estuviese dando vueltas en círculos. Había estado pensando en por qué le afectaba tanto haberse entrometido en la relación de Joshua y Seungcheol, tratando de analizar por qué se sentía tan mal después de una noche de diversión. La respuesta era sencilla, estaba interesado en ellos más de lo que había creído. No se trataba solo de su atractivo, sino de las personalidades que habían estado mostrándole. Para cuando había decidido no alimentar algo que podía terminar en un enamoramiento tonto del que solo conseguiría lamentarse, se había perdido.
ESTÁS LEYENDO
¿Quién dijo que ser dios fuera fácil? (Seventeen) #Wattys2020
FantasyLos dioses del Olimpo están cansados. Después de librar batallas durante años y cambiar el destino de la humanidad, necesitan unas merecidas vacaciones, pero ¿Cómo pueden hacerlo si el equilibrio del mundo depende de ellos? Trece jóvenes sin una apa...