Capítulo 24

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Dedicado a wenv_725

La puerta permanecía completamente cerrada. A su alrededor, las paredes hacían de barrera para que el sonido no traspasase de lugar. Sabía que estaban dentro por las ordenes que había recibido, pero no era capaz de enterarse de lo que estaban haciendo o diciendo. Si al menos hubiese una ventana... Con un rápido movimiento de su mano, hizo aparecer un bastón pequeño, una réplica exacta del de su maestro. Hizo que las serpientes cobrasen vida y les ordenó que se arrastrasen a través de la mirilla. Con un poco de suerte, escucharían lo que estaban diciendo y podría llevarse el mensaje.

Miró por el pasillo, asegurándose de que no venía nadie y volvió a comprobar que había tapado su presencia. Era un ladrón, un mensajero, un caminante. Podía controlar todo lo que llegaba en su dirección y ocultarse de cualquier persona no bienvenida en cuestión de segundos, pero, como le habían enseñado, le gustaba los métodos más humanos: observar y comprobar.

— Llevadle la información —Les comunicó a las dos serpientes que formaban su bastón.

Antes de que lo descubrieran, se desvaneció de allí sin dejar ni rastro. Minutos después, las puertas se abrieron y Chan, Joshua y Jihoon salieron seguidos de sus maestros. Atenea le apretó el hombro con cariño a su discípulo y se desvaneció para llevar la información a Zeus. Artemisa acompañó al suyo para un nuevo entrenamiento. Por último, Ares miró a Jihoon y sonrió con orgullo.

— ¿Cómo van las cosas con Soonyoung?

— ¿Otra vez intentarás hacer de psicólogo? —Enarcó una ceja, cruzándose de brazos.

— ¿Negarás que te sirvió la última vez? —Ares le lanzó una de sus miradas que decían: "Sé lo que me hago, siempre tengo razón"—. Solo quiero saber cómo vas. Sé que era un tema difícil y no me gustaría volverte a ver mal por él.

— Estoy bien, no tienes que preocuparte. Anoche, con toda la preocupación, me olvidé de cenar. De madrugada, cuando me dio hambre, él fue a buscarme algo de comida antes de que se lo pidiese. Es siempre tan atento... —Suspiró mientras una sonrisa aparecía en sus labios—. Siempre lo ha sido, pero ahora viene acompañado de besos.

— ¿Solo besos? Necesitas que te enseñe alguna técnica de combate en la cama ¿Quizás un poco de lucha libre? Eso siempre le gustaba a... —Se calló, al recordar a una vieja amante y su rostro se cubrió de tristeza—. Bueno, dime si necesitas ayuda y yo te enseñaré mis movimientos.

Jihoon iba a decirle que no necesitaba detalles, escandalizado por descubrir más sobre la vida sexual de su maestro. Sin embargo, se calló al notar un pequeño papel en el suelo frente a la sala de estrategia. Lo recogió, ignorando a Ares sin ser consciente de ello, y desenvolvió el papel. «Vernon, encuéntrate conmigo en la sala roja a las 16:30. Quiero decirte algo. Con cariño, Seungkwan». ¿Por qué el discípulo de Hermes pasaría por ese pasillo? No había nada allí que le pudiese interesar. Inquieto, guardó el papel en el bolsillo y fingió ante Ares que no tenía importancia. Tendría que hablar con él en privado y asegurarse de que no tenía necesidad de leer más en una simple acción.

— ¿Qué te pasa?

— Nada, alguien se ha dejado un tique del Starbucks y me ha apetecido un Java Chip...

— No te preocupes, chico, yo me encargo de tus deseos más profundos.

Con un movimiento de mano, un vaso del Starbucks apareció en las manos de Jihoon y no le quedó otra que dar sorbos de una bebida que odiaba mientras Ares continuaba hablándole sobre trucos para mantener una relación. Había dicho lo primero que le había venido a la cabeza, sin pensar que el dios le tomaría en serio y, ahora, tendría que disimular hasta que viese a Soonyoung, el verdadero adicto a la bebida.

¿Quién dijo que ser dios fuera fácil? (Seventeen) #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora