Capítulo 6 (Parte 1)

1.5K 264 293
                                    

Se estiro y bostezó, consiguiendo que el dolor de cabeza se volviese más intentes. Se acarició el puente de la nariz, aliviando aparte de la tensión, y consiguió levantarse. Se movió a tientas por la habitación, tropezando con el arco que había abandonado de cualquier forma en el suelo. ¿Por qué había lo había sacado? Sin importarle mucho la respuesta, demasiado adormilado y con la cabeza embotada por la resaca, se dirigió al baño donde se lavó los dientes y la cara. Cuando el agua fría impactó en su rostro, recuperó un fragmento de su memoria y se quedó congelado.

«— Minghao, no tienes puntería borracho —Le dijo Jun, haciéndolo sonar como un reto que no estaba dispuesto a rechazar.

— ¿Qué no? Ya te digo yo que sí. Observa y verás.

Hizo aparecer el arco y las flechas, se puso en posición y apuntó el cuadro de venus que había al fondo del comedor. A nadie le importaría si hiciese un agujero a un Botticelli ¿No? Cerró los ojos, respiró profundamente y, una vez que creyó haber encontrado la paz que necesitaba, tensó el arco y soltó la flecha.

Los dos vieron como se desviaba de su trayectoria y daba a parar a uno de sus compañeros que le servía una a copa a otro. El joven se quedó quieto unos segundos, pero después volvió a su alegría habitual y continuó hablando con el chico que parecía enormemente aburrido de escucharle. Minghao se encogió de brazos, sin recordar por qué lo que había hecho era peligroso.

— Ya verás, eso ha sido un error, pero con la siguiente no fallaré.

Con la segunda flecha no hubo suerte tampoco y su trayectoria se desvió hasta golpear al otro chico que esperaba pacientemente su bebida. Contuvo el aliento unos segundos sin saber que le había pasado, pero después continuó su camino como si nada hubiese pasado. Minghao se giró para observar a Jun y se encogió de hombros como si nada, riendo.

— Pues tenías razón, borracho no tengo puntería.»

Minghao salió disparado del cuarto de baño y se lanzó hacia el carcaj que descansaba unos centímetros más allá del arco. Desesperado comenzó a contar las flechas y se dio cuenta de que faltaban dos. Acababa de meterse en un lio del que no sabía como salir. Se paseó por su habitación tratando de recordar el rostro de los dos compañeros implicados y bufó cuando se dio cuenta de que era inútil. Sus recuerdos estaban empañados por el alcohol.

Se tumbó en el suelo, frotándose la cara con las manos ¿Por qué le había hecho caso a Jeonghan cuando sabía que aquello era tan mala idea? No solo acababa de emparejar a dos compañeros al azar y tenía que buscarlos, sino que tenía que hablar con Eros sobre lo ocurrido. ¿Cómo le decía a su mentor, amante de Stars Wars, lo que había pasado? Estaba seguro de que no solo se limitaría a darle el típico discurso "la fortaleza de un Jedi fluye de la Fuerza, pero cuidado con el lado oscuro", sino que también se haría unas flechas nuevas con sus huesos.

Ningún Jedi había explicado que el uso equivocado de la Fuerza podía darse en situaciones de ebriedad y no solamente cuando había miedo o ira. Tenía que pensar una forma de arreglarlo sin tener que decírselo a Eros, con urgencia. ¿Por qué tenía que meter la pata cuando lo estaba haciendo tan bien? La unión de Soonyoung y Jihoon había sido motivo de felicidad, incluso se había ganado un montón de elogios. Ahora, con la unión errónea en la fiesta, no quería imaginar el castigo que podía recibir.

— Vamos, Minghao, tienes que encontrar a esos dos antes de que sea demasiado tarde —Se dijo a si mismo mientras se colocaba las zapatillas y se marchaba, aún en pijama, en busca de Jun.

Quizás, si sumaban los fragmentos inconexos de sus recuerdos, podían encontrar a los dos implicados. Así podían evitar que estuviesen mucho en contacto porque si no llegaban a acercarse demasiado, el hechizo se desvanecería por su cuenta y todo estaría arreglado ¿O tal vez no funcionaba así?

¿Quién dijo que ser dios fuera fácil? (Seventeen) #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora