Capítulo 3

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Despegué los ojos con dificultad, mi cabeza dolía demasiado, o mejor dicho con solo pensar me mareaba.Era tanto el dolor que me daban ganas de pegarme un tiro.¿Qué mierda pasó anoche?
Eran unos trozos de recuerdos que se formaban en mi mente, unas piezas de un rompecabezas que jamás completaría.Cuando reaccioné de todos mis pensamientos filosóficos abrí los ojos por completo, y pegué un grito que hizo que mi cabeza rebotara en dolor.

—¡Ah!—chillé acurrucándome en la esquina entre la cama y la pared—.¿Qué hago aquí?
—Joder, cállate.
Michael me pegó un manotazo en la pierna, y le devolví un manotazo en su mano alejándola.

—¿Ya no soy virgen?¿Perdí la virginidad contigo?—cuestioné con brusquedad mordiendo mi pulgar, algo que hacía cuándo estaba nerviosa a morir.

—¡Que te calles!—Segundos después abrió los ojos como platos reaccionando, gracias a Dios...—Se me había...olvidado que estabas aquí—Frotó sus ojos con los puños y desordenó su cabello, apoyando la cabeza en la almohada con un largo suspiro.—¿Qué...qué hicimos anoche?

Tamborileó su barbilla con dos dedos y me miró despreocupado, encogido de hombros en su lugar.¿Eso qué significaba?
—Te drogué y maté a tu amiga—La mandíbula me cayó hasta el suelo, mierda, mierda.No podía ser—Ah, también te violé, no es algo tan grave.

—¡Estás loco!—grité pegándole manotazos intentando pararme pero me sostuvo de los hombros, oh esto no.Lo golpeé más veces enojada, y estaba a punto de estallar en llanto.

—¡Cálmate!—Soltó una risita divertido por mi reacción—Era broma.

En ese momento hizo algo que me dejó confundida: pasó un brazo por mis hombros y besó mi mejilla, pero al darse cuenta de lo que hizo cambió de tema con una sonrisa incómoda

—Oh, ya son las once.

Me quedé mirándolo unos momentos, intentando que me dijera porque besó mi mejilla.Pero solo me observó y se encogió de hombros sin dejar esa ladeante sonrisa que me llegaba a irritar por lo perfecta que se veía en él.

Todo se veía perfecto en él.

Vale, eso fue totalmente cliché y de película pero siempre quise decirlo.

Me paré de la cama con un salto y me di la vuelta para decirle si podía usar su ducha, pero sus manos se encontraban tapando sus ojos.
—¿Pasa algo?—dije mirando por mi hombro, pero no había nada interesante o asustadizo—No me digas que eres de esos que ven personas muertas por favor, esto no es El Sexto Sentido.

—Estás...medio desnuda—susurró viendo por un agujero entre sus dedos.

Bajé la mirada alzando una ceja, y entendí sus palabras al ver que estaba sin brasier, sólo me tapaba una delgada braga rosada de Hello Kitty.
—¡No veas!—Posé mis brazos en mis pechos tapándome, esto era humillante—¿Y mi ropa?—Busqué por las prendas tiradas en el suelo de la gran habitación, y al encontrarme con un bóxer lo tiré en su cara.El olor no era muy bueno.

—¡Estás loca!Ayer te drogaste y vomitaste en tu camisa esa de mierda.También en tu chaqueta.

—¿Qué?Entonces...¿sí me drogaste?

Entré al baño y cerré con seguro.Por suerte había una toalla detrás de la puerta, una imagen de Elvis Presley estaba tapizada en esta.

—¡No te drogué!—murmuró haciéndose oír por la puerta—Comiste un brownie con droga y tu amiga esa te quería cuidar pero yo me ofrecí.No me preguntes el por qué o abro la puerta ahora mismo, sé abrir puertas con seguro—Entrecerré los ojos y me metí a la ducha ya desnuda finalizando la conversación.

IDIOT! ➣ m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora