FLORENCIA
-¡Florencia! – Sophie, su mejor amiga de la infancia, gritó su nombre al mismo tiempo que abrió la puerta después de escuchar el timbre. Se volvió hacia el grupo de Timothée y él – Perdón – lamentó su actitud ante uno de sus actores preferido, pero le era imposible ocultar su emoción por encontrarse con él y en la casa de su mejor amiga – Suele tardar bastante. Así que, ¿sos conocido de Florencia? – Sophie se apoyó contra la puerta y se cruzó de brazos. Timmy asintió con la cabeza.
-Creo que aún no te contó toda la historia.
-Gran parte sí, pero no esa parte en la que te conoce.
-Ni siquiera debe saber quien soy. ¿Podrías evitar esa parte? – inquirió Timothée. Sophie sonrió.
-Juguemos a que trate de adivinar quien sos – Se hizo a un lado – Pasen, están invitados
Timothée no lo dudó, ingresó a la casa como si viviera en ella. Rápidamente dirigió su mirada hacia la escalera, Florencia bajaba corriendo y a tropezones, casi al borde de caerse del último escalón. Lo evitó saltando directamente al piso.
-Perdón, perdón – Timothée la observó con atención. Ella se había cambiado, maquillado y perfumado. Sus ojos estaban hinchados y al instante se dio cuenta que ella había estado llorando. Pero evitó preguntar, el sabía porque era. Sin embargo, eso no opacaba su belleza – Es que tuve un asunto que atender.
-No te preocupes. Tu amiga – Timothée miró a Sophie. Nos estaba deleitando con sus chistes – Florencia frunció el ceño y la observo por arriba del hombro de él. Ansel se paró junto a ella y levantó la mano para saludarla.
-Extrañamente no suele ser muy simpática.
-Ay, amiga – Sophie rodeó a Timmy, se paró al lado de su mejor amiga y enroscó su brazo con el de ella – No digas tonterías. Siempre fui así – le dio un codazo casi invisible, para ella. Ansel notó el nerviosismo de Sophie y no pudo evitar soltar una risa – Podemos continuar está conversación en la sala, mejor – Sophie se adelantó y se dirigió al living para poner un poco de música alta. Todos la siguieron, todos menos Florencia.
Floren sintió su celular vibrar dentro del bolsillo trasero del jean. Al momento de sacarlo, el nombre de Gian apareció en la pantalla. Otra llamada. Florencia dejó salir un suspiro de frustración.
-¿Pasa algo? – El móvil golpeó la panza de Floren cuando escuchó a Timothée acercarse.
-Nada – apresuró a responder – No pasa nada.
-¿Segura?
-Debo atender una llamada. Ahora voy – Timmy asintió y volvió a la sala - ¿Qué pasa, Gian? – respondió apenas vio que Timothée se alejó.
-Necesito que hablemos.
-Hoy no
-Hoy si. Necesito que abras la puerta de tu casa – Florencia frunció el ceño, bajo el celular y se acercó a la ventana que estaba al lado de la puerta principal. Allí estaba él, esperando ser atendido.
– Mierda - Abrió la puerta de un solo movimiento - ¿Qué queres?
-Pedirte perdón – Pasó una mano por su pelo semi rizado y de color castaño claro – Dije todo lo que tenía que decir en un momento de bronca.
-¿Y por qué crees que podría perdonarte?
Gian soltó un suspiro de frustración – Tengo el presentimiento que aún me queres. No se deja a querer alguien así porque sí.
-Terminamos, ¿lo recuerdas?
Agachó su cabeza y pateo despacio como si estuviera jugando con una pelotita - ¿Cómo estás?
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FLOREN
RomansaLa distancia logró separarlos, pero el destino decidió que sus caminos se volvieran a cruzar un tiempo después en Londres. Ella lo miró extrañada, él prefirió no hablar y solamente tragar con notoriedad. Ella tenía sentimientos profundos por él. Si...