CAPÍTULO 16

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FLORENCIA

-¡Pan! – gritó por encima de la música dentro del boliche y puso un pie adelante del otro. Trataba de mantener el equilibrio, pero los cuatro tragos que había tomado antes, no se lo permitían. Es más, sentía que su vista tardaba más tiempo en enfocar y eso le causaba gracia.

-¡Queso! – respondió Sophie del otro lado del pasillo que las llevaba al baño. Débora y Andrea eran espectadoras de lujo con euforia y aplausos, acompañando el paso de cada una con un exclamativo "¡Oh!".

*Florencia, definitivamente están todas ebrias. ¿Cómo volverán a casa? *

La mente de Floren nuevamente comenzó a funcionar, pero ella le hacia caso omiso y trataba de enfocarse en el juego. Cuando logró dar otro paso, levantó ambos puños como festejó y llevó sus ojos a los de su hermana. Débora le hizo un gesto a Sophie y señaló con la pera por encima del hombro de Florencia. Si bien quiso voltearse para ver, Andrea pasó su brazo por encima de sus hombros con un fugaz movimiento y no la dejó ver.

-¿Por qué no vamos por otro trago, eh? Tengo mucha sed – hizo puchero y la miró a Débora para que respondiera rápido antes de que Florencia intentara escaparse. Sin embargo, sacó el brazo de la morena y se giró sobre su eje para mirar hacia al fondo del pasillo, donde estaba la escalera hacia el VIP.

Timothée tenía la espalda apoyada contra la pared y las manos en los bolsillos, mientras esperaba que sus amigos comenzaran a subir la escalera. Enfrente de él estaba Amélie, quien tocó la nariz de su novio con la yema de su dedo índice. Él simplemente elevó las comisuras y no despegó su mirada de Dylan que estaba tratando de subir entre las invitadas de Amélie.

-¡Auch! – exclamó Florencia con dolor al sentir una punzada en la boca del estómago y miró a sus amigas – Vamos a la barra ahora porque no quiero que me vea – Comenzó a empujar a Débora para que salieran del pasillo y se adentraran a la multitud y al alboroto musical.

-No vayas a vomitar ahora – Florencia sonrió ante el pedido de Sophie que estaba caminando detrás de ella – No quiero salir corriendo al baño porque a vos se te ocurrió vomitar en el medio de la noche.

Su hermana le rodeo la muñeca con su mano y le dio un tirón para que llegara a tropezones a una barra con taburetes. Tanteo uno e intentó sentarse, manteniendo el equilibrio. Pero casi lo pierde y sintió muy de cerca el sabor del piso.

-¡Cuidado! – la agarraron del codo y ella no pudo evitar largar una carcajada. Cuando recuperó la compostura, vio que Sam estaba sonriendo. No pudo evitar la vergüenza, aunque al mismo tiempo no podía evitar reírse de la situación – Dos noches continuas y las dos noches de la misma manera. Menos mal que siempre andas cerca de mí – Florencia le dio un zape en el brazo.

-No seas idiota, solamente me resbalé por cuestiones obvias – Se señaló con los dedos índices e intentó sentarse de nuevo – Que raro vos de fiesta, tanta plata derrochada en fiestas – Apoyó sus codos sobre la barra – Ellas son mis amigas y mi hermana – Las señaló una por una, mientras decía sus nombres – El es Sam.

-¡El chico de anoche! – se alegró Andrea y quien lo recordó instantáneamente.

-Amiga, ¿cómo podes acordarte? Me costó horrores acordarme de él – Andrea se encogió de hombros.

-¿La borrachera es por lo mismo de ayer o pasan otras cosas en tu vida como para estar tan pendiente de un muchacho? – Sam le dio un sobro a su trago y se lo pasó a un amigo de él que recién llegaba a donde estaban ellos – El es Elijah, es de Irlanda – Florencia sonrió.

Las chicas no tardaron en acercarse a él para entablar una conversación y Florencia volvió a Sam – Estoy tratando de no hablar mucho. Estoy media pasada de copas – río otra vez.

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