CAPÍTULO 23

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FLORENCIA

Puso su sweater debajo de la canilla para que se mojara y así poder sacarle un poco el olor a cerveza. Una vez que se mojó, lo sacudió para sacarle el sobrante de agua y soltó un bufido. No habían hablado en todo el día y se encontraron de la peor manera.

-Perdón, Floren – dijo Timothée del otro lado de la puerta del baño de mujeres. Ella rodó los ojos y buscó un poco de papel para rasparlo en su sweater, buscando sacar un poco más lo que tenía de cerveza – No sabía que estabas pasando por ahí. A vos no más se te ocurre pasar por ahí.

Florencia se mordió la lengua para no contestar. Tenía muchas cosas que decirle, pero no iba a dejar que un simple error arruinara su noche. Pese a que Gian se había comportado de la peor manera la última vez que se habían cruzado, había hecho que su navidad mejorara después de que Timmy no le había respondido los mensajes en todo el día.

Escuchó la voz de una chica pedirle una foto, otra intentando hablarle y otra mandando un audio contando que se había cruzado con Timothée en un bar. Aprovechó el momento para agarrar su sweater y salir prácticamente del baño. Sin embargo, Timmy hizo las chicas a un lado y la rodeó para clavar los pies frente a ella. En ese momento, Floren notó que él se tuvo que inclinar un poco hacia adelante para que sus ojos quedaran a la misma altura. Intentó esquivarlo, pero la tomó de los hombros.

-¿Qué queres?

-Que me perdones por lo de recién y que me hables. No dijiste ni una sola palabra desde que te tiré la cerveza encima – Puso los ojos como plato.

-¿Solo por esto? ¿Qué te perdone solo por esto? – Respiró profundo para no perder la calma – No me contestaste en todo el día, estoy más enojada por eso que porque me tires la cerveza.

El inspiró profundamente y se paró derecho – Si te explico porque no te contesté, ¿me vas a creer?

-Depende de lo que sea – Ella se cruzó de brazos, aunque no fue una buena idea, ya que el sweater empapó su remera gris. Se miró y dejó caer los hombros – Lo que me faltaba.

-Te presto mi remera, si queres – Le dedicó una mirada fulminante – Está bien, no te presto nada. Se me rompió el celular.

-Como para creer eso – contestó desilusionada y nuevamente intentó seguir su camino. Pero Timothée la paró – Quiero volver a mi mesa, esperar que mi sweater seque un poco e irme. ¿Qué me queres decir ahora?

-Tuve que viajar a Londres, en el camino el celular me dejó de funcionar, me tuve que comprar otro y... - Floren levantó su dedo índice.

-Te creo, no necesito que me des más explicaciones. Débora y Gian me están esperando, no puedo quedarme hablando. Después, si queres hablamos – Lo rodeó y se dirigió a la mesa donde estaba su hermana. Siguió dándole golpes a su sweater para que se secara.

Corrió hacia atrás en la silla que estaba sentada y se sentó bajo la atenta mirada de sus dos acompañantes. Colgó su sweater y apoyó los codos arriba de la mesa, entrelazando sus dedos continuamente.

-Cosas que pasan – dijo con un tono ofendido y llamó a una de las meseras del bar para que le alcanzara otra cerveza – Creo que, a esta altura, ya no me importa más nada.

-No pensé que seguía teniendo una amistad con él – Gian se cruzó de brazos – Ahora entiendo porque estás en Bath – Floren levantó sus cejas con exageración y Débora largó una fuerte carcajada, provocando que casi todas las miradas fueran a ellos.

-Ya te dije, vinimos a visitar a mi tía. Él viajó por otras razones – le echó una mirada a su celular y había recibido un mensaje de Sam, deseándole una feliz navidad. ¿Feliz navidad?

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