CAPÍTULO 20

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TIMOTHÉE

Buscó la manera de alejarse de los Smith sin que se dieran cuenta. Dio unos pasos hacia atrás y rápidamente se dio media vuelta para encarar hacia donde estaban los amigos de sus padres. Se hizo paso entre las personas que se abrazan y deseaban feliz navidad en un ambiente lo suficientemente alegre, lo cual hizo que dibujara una leve sonrisa.

Cerca de la puerta principal y junto a Mary, estaban Robert y Lilian saludando aquellos que estaban a su alrededor. Timothée dio varios pasos agigantados y se paró frente a ellos.

-¡Feliz navidad, hijo! – Robert lo rodeó con los brazos y él apoyó su mentón sobre el hombro de el amigo de su padre.

-Feliz navidad, Robert – dijo en un hilo de voz e intentando sacar de su cabeza todos aquellos sentimientos encontrados tras la frustración del intento de beso que no fue. Estaba convencido que no iban a faltar oportunidades para otros intentos, pero su paciencia no iba soportar la espera.

-Que poca emoción – Robert le sostuvo los hombros - ¿Pasa algo?

-No, solo que el vino me revolvió el estómago.

*¿O serán las famosas mariposas que revolotean cuando el cariño pasa al siguiente nivel? *

Sacudió la cabeza para alejar su pensamiento y se dirigió a Lilian para darle un cálido abrazo. Mientras tanto, Tía Mary levantó la copa en señal de que saludaba a alguien del otro lado del salón y llevó su mirada hacia Timothée.

-Joven, ¡Feliz navidad! – Una vez que se alejó de Lilian, fue hacia Mary para depositar un dulce beso en su mejilla - ¿Cómo la estás pasando? Parece que las cosas no hubieran salido como esperabas - Soltó una risa nerviosa, pero Mary ni siquiera sonrió. Carraspeó y sacudió sus manos.

-No sé de qué habla – Quiso cambiar el rumbo. Sin embargo, la tía de Florencia no despegó los ojos de él a la espera de una respuesta. Se silenciaron por unos segundos, hasta que ella se limitó a sonreír.

-No hablaremos de eso ahora, podríamos hablarlo con una taza de té en la semana. Los amigos de tus padres me contaron que viven acá cerca, podrías pasar por la tarde. Te recibirá con gusto.

Parecía una excelente idea y no le vendría mal salir de la casa por un instante. Lo único que frenaba su visita era la presencia de Florencia.

-No te preocupes, Floren suele no estar por la tarde. Ellos prefieren ir a la ciudad y disfrutar del aire urbano – Respondió como si supiera lo que pasaba por la mente de Timothée.

-Entonces, vendré con gusto. Me encantaría tomar una taza de té con usted y escuchar sus historias en Bath. Supongo que tendrá mucho por contar – se interesó y levantó la copa para chocar con la de Mary – Salud, señora Mary.

-Solo Mary, joven.

XXX

Se apoyó contra el umbral que separa el pasillo principal de la sala donde todos se habían reunido para la fiesta. Algunos invitados se dispersaron y dejaron un hueco en el centro para que algunos bailaran con libertad. El salón era lo suficientemente grande como para que nadie se chocara.

Desde allí observaba como algunos disfrutaban de la música y la acompañaban con diferentes movimientos graciosos. Fue ahí que se dio cuenta que el alcohol ya había empezado a hacer efecto.

Floren bailaba con su hermana. Paseaba de un lado a otro y mostraba movimientos sin limitación. Él la miraba con atención e intentaba no dejar florecer sus sentimientos. Algo lo hipnotizaba de ella, algo más la atraía. Su sonrisa, su forma de divertirse, sus ganas de vivir y su brillo que le hacia resaltar entre todas las personas del lugar.

FLORENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora