CAPÍTULO 11

159 14 0
                                    


TIMOTHÉE

No sabía quien estaba más sorprendido por la repentina llegada de Amélie, quien, en realidad, tenía una reunión con amigas en un bar de Bristol y no había sido contada para la cena de esa noche. Cuando ella por fin lo había dejado de besar, no dejó de abrazarlo. Timothée miró a Ansel sorprendido y su mejor amigo se encogió de hombros, señal de que no iba a ayudarlo en nada.

Sus planes de reconquistar a Florencia, esa noche, habían cambiado por completo. Bueno, Amélie los cambió.

-¿No tenías reunión con tus amigas? – preguntó una vez que logró alejarse de ella. La situación lo estaba incomodando, más con la presencia de Florencia. Esperen, Timothée recordó que ella estaba en la cocina observando todo. Volvió su mirada hacia donde estaba ella, pero el taburete estaba vacío.

-Si, pero decidí sorprender a mí novio y conocer a su circulo más íntimo, ya que empezaremos a vernos la cara más seguido – él no le había prestado mucha atención. Volvió a ella y sonrió – No me escuchaste, ¿no?

-Si, pasa que tengo muchas cosas en la cabeza y por ahí hago parecer que no escucho, aunque lo este haciendo. Tenés razón, deberías conocer un poco más quienes van a estar cerca nuestro en este tiempo – La invitó a pasar a la sala de estar donde estaban la mayoría, menos Florencia. Recorrió la sala con la mirada y no estaba allí. Timothée presentó a uno por uno, mientras ella iba acotando un comentario de cada uno en los saludos. Sin embargo, la cabeza de Timmy no estaba allí.

-Está en el patio – le susurró Sophie en el oído. El sonrió inconscientemente y susurró un gracias.

-Ya vengo – anunció y rápidamente tomó el pasillo que lo llevó al jardín.

Cuando salió, una brisa fría golpeó su rostro e inmediatamente se arrepintió de no haber salido con la campera. Allí estaba ella, sentada en los escalones del porche, dándole la espalda a la puerta. Su celular estaba en un costado y de él se escuchaba All is on my side de Sam Fender en un volumen muy bajo.

-Hace mucho frío – dijo al mismo tiempo que se acercó a ella. Dio un salto cuando lo escuchó y lo miro.

-¿Por qué tenés esa maldita costumbre de asustar a la gente? – no evito reír y se sentó al lado de ella.

-Esto me recuerda a cuando nos conocimos – dijo al mismo tiempo que se apoyó sobre sus manos y estiró las piernas – Cuando te dije que me gustaba ser sincero, gran noche, por cierto.

-No me lo recuerdes. Nunca estuve tan borracha como esa noche – Ella abrazó sus rodillas y las llevó a su pecho. Él nuevamente llevó su mirada al cielo para observar las estrellas escondidas detrás de alguna nube.

-¿Pensas que va a nevar? Extraño mucho la nieve – confesó para seguir con la conversación y no se fundieran nuevamente en un silencio tenso.

-No lo sé, puede ser. Allá no nieva mucho, solo en el sur – contó Florencia y elevó los ojos – Pareciera que sí.

-Sería estupendo, siento un gran atractivo por el paisaje nevado – y volvió a observar el perfil de ella – Tanto como por tu perfil – admitió. Notó como ella abrió los ojos bien grandes y se volvió a él – Si Floren, siento una inmensa atracción por ti, no lo voy a mentir.

-Pero ¿qué está pasando? – ella frunció el ceño – Hasta hace cinco minutos estabas besando a tu novia en el pasillo y ahora me decís esto. ¿Qué se te pasó por la cabeza?

Timothée perdió la seriedad con la reacción de Floren, aunque no se dio cuenta que a ella no le causaba ni una pizca de gracia lo que estaba sucediendo.

FLORENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora