CAPÍTULO 7

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FLORENCIA

Llevaba diez minutos en el festival y esos diez minutos le bastaron para entender que era momento de decirle a Timothée cual era la verdadera razón por la que se había alejado. Aunque antes de escupir todo, necesitaba hablar con alguien que podría llegar a estropear su plan más rápido de lo previsto.

-Gian – dijo su nombre cuando estaba detrás de él. Giró y la miro de arriba abajo.

-Pensé que te quedarías en tu casa o no vendrías al festival. ¿Ese muchacho te hizo cambiar de opinión? – se cruzó de brazos. Florencia no podía sacar los ojos de la venda que el llevaba sobre su nariz, fue el lugar donde ella lo golpeó con fuerza hace más de una semana. Él tampoco podía dejar de mirar la mano de ella que aún tenía algunas pequeñas marcas de aquel golpe.

-Necesito pedirte un favor.

- ¿Vos? ¿Pedirme un favor después del golpe que me diste? – señaló su cara con el dedo índice – No creo que pueda hacer nada por ti después de esto.

-Vamos, Gian. Te vendiste por cosas peores – dejó Sophie salir de su boca. Florencia le echó una mirada a su mejor amiga y ella se encogió de hombros – Es la realidad.

- ¿Qué queres? – Florencia se volvió a Gian.

-Que, si lo llegas a ver, no le digas nada del regreso.

- ¿Todavía no se lo dijiste? – soltó una risa maliciosa y ella no le sacó los ojos de encima – Está bien. No se lo diré, pero... - hizo un poco de silencio sin dejar de sonreír - ¿por qué no se lo dijiste? Veamos – se rascó la barbilla – Seguramente ibas a dejar que se enamorara de ti y después ibas a tener la oportunidad de romperle el corazón.

-Gian.

-Está bien – levantó ambas manos en señal de inocencia – No prometo nada. Voy a tratar de no decirlo.

XXX

-Juro que iba a decírtelo – escupió Florencia a penas le dio la noticia a Timothée. El se separó con lentitud y con los ojos completamente perdidos. Sintió crecer su decepción en su interior. Florencia lo sintió y lo que más le dolió fue verle su molestia en los ojos. El pecho se le contrajo y la garganta se le secó – Vos no me dijiste que eras el actor famoso este que todos conocen – se excusó. Mala idea.

-¿Qué? – fue lo primero que logró decir Timmy cuando pudo recomponerse y procesar la noticia – Pero son dos cosas distintas – se atropelló con las palabras – Lo mío fue como me traste y si, no tenía excusas. Esto tampoco las tiene, pero es mucho más grave. ¿Por qué no me lo dijiste? Quise brindarte toda la confianza posible para que habláramos de lo que fuera – llevó sus manos a la cabeza, se dio media vuelta y en su regreso a Florencia, dejó caer sus manos a los costado - ¿Te ibas a ir sin decírmelo?

-Yo... Yo – titubeó.

-Te ibas a ir sin decirme nada – confirmó Timothée y la decepción crecía aún más dentro de él. Cada paso que Florencia daba era totalmente en falso. Casa cosa que ella dijera, iba a arruinar aún más las cosas.

-No encontraba el momento – su voz temblaba cuando salía de su boca.

-¿Y hoy? Me lo podrías haber dicho hoy en la tarde.

-No me diste opción, Timothée Chalamet – El nombre completo, eso duele más que cualquier cosa – Me diste dos opciones, no tuve tiempo a decirte nada y te fuiste. No era el momento y tampoco lo encontré en toda esta semana.

-¿Sabes qué? – se mordió el labio inferior, levantó ambas manos para traer calma y dio dos pasos para atrás – Cuando estemos más tranquilos, lo vamos a hablar. Ahora no quiero escucharte más. Tus excusas no me sirven.

Floren no alcanzó a decirle ni otra palabra que él ya se había alejado sin mirar atrás. Trató de calmarse, pero la angustia acrecentó en su interior. Llevó el dorso de su mano hacia su nariz y apoyó el otro puño en su cintura. Quería evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas, era imposible.

-Flor, Flor. ¿Estás bien? – las manos de Natalie se apoyaron sobre sus hombros al mismo tiempo que la mano de Sophie reposó sobre su espalda para llevarle tranquilidad.

-Lo arruiné, arruiné todo – admitió y hundió su rostro en el cuello de su prima. La abrazó y Floren dejó caer las primeras lagrimas sobre su remera.

-No, dijiste la verdad.

-Pero lo arruiné. Lo tendría que haber hablado la semana pasada cuando los sentimientos no estaban tan a flor de piel.

-Basta – Natalie se separó de ella y acunó su rostro con las manos – No cometiste ningún error y él tampoco. El único error que cometieron fue dejar libres sus sentimientos así porque si y dejarse llevar por la situación. No te culpes por decir la verdad y por la reacción de él – secó una lágrima con el dedo pulgar – Flor, si las cosas pasan, pasan por alguna razón. Tal vez tu destino no está pasar tu vida al lado de él o capaz los vuelve a juntar más adelante. Déjalo fluir y deja que esa herida – señaló al corazón – sane con el tiempo – ella asintió y volvió a abrazar a su prima. Sophie se sumó al abrazo, rodeando a ambas al mismo tiempo.

-Tengo que disfrutar estas tres semanas que quedan.

-Que son nada.

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