FLORENCIA
Cuando el rayo de sol golpeó en su cara, Florencia abrió los ojos con lentitud y se refregó. No le deseaba a nadie el dolor de cabeza que estaba teniendo en este preciso momento.
-Maldita resaca – dijo por lo bajo y se sentó sobre la cama. Vio una sombra de reojo y llevó su mirada hacia la otra esquina de la habitación. En el sillón de la pieza de su prima, Timothée dormía plácidamente enrollado en la bolsa de dormir de Florencia. Frunció el ceño, ¿en qué momento subió y se recostó allí?
Trató de recordar cada paso de anoche, pero había momentos que eran sumamente borrosos – El último bendito recuerdo que tengo de anoche es el shot de vodka asqueroso que me hicieron tomar – dijo para si misma y se levantó con lentitud. Despacio y sin hacer ruido, salió de la habitación y bajó la escalera directo a la sala de estar. Allí dormían Sophie y Natalie.
Para no molestar, se fue hacia la cocina y cerró la puerta para que el ruido no molestara. Miró el reloj colgado encima de la heladera, marcaba las 12.30 del mediodía del sábado. Buscó una taza, vertió una cuchara de café y tres de azúcar.
-No me despertaste – Florencia se sobresaltó al escuchar a Timothée. Se dio media vuelta, estaba parado cerca de la puerta de la cocina. La cerró y rio – Perdón.
-Casi que me matas del susto – fue a colocar la pava para calentar agua – ¿Quéres café? – él asintió con la cabeza y ella sacó otra taza más.
-Que humor – dijo al fin y aún somnoliento. Se sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa del comedor y desde allí observaba cada movimiento de Florencia. Sin despegar la mirada de la taza, Floren volvió a hablar.
-No sé que habrá pasado anoche – lamentó su tono de voz y su manera de decirlo. Pero estaba empezando a odiar esto de no poder recordar la mitad de las cosas. Llevó sus ojos hacia él, aún tenía puesta la remera blanca de anoche, Florencia se moría por dentro cuando apreciaba su contextura física con esa prenda de vestir – Si hice algo fuera de lugar, te pido perdón.
-No – contestó Timothée – No hiciste nada malo.
-Si, emborracharme. No debería haber hecho eso.
-Hey, hey – Timmy se levantó de la silla y caminó hacia ella. Florencia se apoyó contra la mesada y el apoyó ambas manos en sus hombros – No tenés porque pedir perdón por eso, al contrario. Todos en algún momento nos emborrachamos. Si no, mira a todos los demás. Estaban muy mal anoche y me llevo una excelente imagen con respecto a eso – Ella logró soltar una risa – Así te quiero ver el resto del día, no con cara de enojada y pidiendo perdón por una tontería.
El tacto de Timothée hizo que ella se estremeciera un poco cuando se dio cuenta de la situación. Escuchó que el agua hirvió.
-Voy a servir los cafés.
-De hecho – se acercó más a la puerta – Debo irme. Tengo que alistarme para ir a grabar durante la tarde. Nos vemos, amiga – dijo antes de salir.
Esperen, ¿amiga? ¿dijo amiga? Florencia sintió que todos sus sentimientos se esfumaron y que entró a la friendzone de inmediatamente. Llevó sus manos a la cabeza y se masajeó el cuero cabelludo.
-Dios Florencia, ¿por qué tenés que confundir las cosas? – lamentó todo lo que había pasado y haber dejado crecer los sentimientos en menos de un solo día. Se relamió los labios y comenzó a servirse el café - ¿Amiga? Si eso es lo que quiere.
-¡Florencia! – la pava cayó al piso y Florencia pegó un grito tras quemarse con el agua. Sophie entró corriendo a la cocina y vio que su mejor amiga estaba de rodillas en el piso, agarrándose la mano derecha del dolor que estaba sintiendo por la quemadura – Florencia, por dios. ¿Estás bien? Se acercó a ella.
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FLOREN
RomanceLa distancia logró separarlos, pero el destino decidió que sus caminos se volvieran a cruzar un tiempo después en Londres. Ella lo miró extrañada, él prefirió no hablar y solamente tragar con notoriedad. Ella tenía sentimientos profundos por él. Si...