Adrián.
El único nombre que atormentaba mis pensamientos, no solo porque me gustaba sino porque había fallado dos días al colegio y eso no era propio de él en el mismo mes. Algo le estaba sucediendo y yo estaba privada de ello.
La campana sonó. Era hora de volver a casa, pero no quería hacerlo. Quería ver al castaño.
— ¡Leila! — samya corría hacia mí, estaba segura de que había notado mi ansiedad ante las faltas del guapo chico — ¿Quieres ir a su casa?
— ¡No me tientes!
— Peter ya lo sabe, dijo que irá con nosotras.
— ¡No puedes ser más descarada! — clamo — incluso le dijiste a Peter.
Me guiña un ojo socarrona.
Niego varias veces con la cabeza reprochandome lo fácil que puedo ser convencida por una simple chica pálida. Mi mochila comienza a hacer acto de presencia ante su peso y mi respiración agitada me anuncia que estoy exhausta.
— tienes un pésimo físico — asegura samya en burla y Peter solamente emite una sonrisita.
— te patearé a tí también si te burlas peter — amenazo al pelinegro.
— te ayudaré — me brinda su mano para que le de mi mochila.
Admito que peter es guapo y sus espesas cejas resaltan bastante las bonitas pestañas que tiene. Es un chico amable y que puede atraer a muchas, pero yo me salgo de esa lista.
— tranquis, no es como si fuera a morir. — y justo en el momento en el que dije eso tropecé. Yo y mi maldita mala suerte de jugar con las palabras.
— dale la maleta a peter, no queremos accidentes — mi amiga me arrebata la mochila y se la da a nuestro compañero.
(...)
La casa de Adrián luce tan limpia como siempre, con sus negras rejas y el balcón que proviene de su habitación. Podría decirse que es afortunado de tener una casa así.
Golpeo suavemente recordando la lamentable escena de su padre cuando vine la última vez. Pero a diferencia de la vez pasada, ahora tengo amigos y nadie sale a abrirme la puerta.
Comparto una mirada de perplejidad con mis amigos.
— ¿se iría de viaje? — cuestiona la chica.
Vuelvo a tocar siniendome molesta conmigo misma por ser tan insistente.
Nada... Eso es lo que sucede después de 10 minutos.
— creo que deberíamos irnos — propongo con una mueca de disgusto.
— yo debo irme por acá. — samya señala el camino izquierdo con su cabeza - nos vemos luego Leila, no te desanimes - la chica comienza a alejarse de nosotros para luego desaparecer en una esquina.
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SMILE. [COMPLETA]
Romance¿Como alejarme de tí? Si contigo toqué el cielo y la luna de paso.